El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), Roberto Herrera Cáceres, afirmó que, en democracia, no hay más alternativa que el diálogo.
Añadió que la violencia, reticencia y las obstrucciones al diálogo son objeciones que no benefician a la sociedad y que socavan la democracia.
El ombudsman hondureño reiteró su permanente llamado al diálogo como instrumento de tolerancia, respeto mutuo y progreso social en democracia.
Señaló que el objetivo del CONADEH es evidenciar más, la lamentable realidad que viven los hondureños y los daños que algunas personas están causando, tanto al ejercicio efectivo de los derechos humanos que son propios de todos, y cada uno, de los habitantes de Honduras.
El Ombudsman hizo un llamado tanto a las personas manifestantes como a los responsables políticos, a utilizar el diálogo como práctica útil, en democracia, para evitar la violencia durante las manifestaciones.
Además, para conciliar el ejercicio del derecho a la manifestación pacífica con el respeto de los derechos humanos de terceras personas, y asegurar el respeto mutuo entre manifestantes y autoridades.
Urgió, a todo el liderazgo democrático, político y social, a cumplir su inexcusable responsabilidad cívica de aportar su máxima contribución para salir prontamente de la inestabilidad política y de la conflictividad social que agobia al pueblo hondureño.
Destacó la importancia del diálogo fraternal y solidario que, entre otros aspectos esenciales, conduzca a notorios resultados progresivos en la cohesión y justicia social, así como en la eliminación de las causas o condiciones que atan, a la mayoría de la población hondureña, a la pobreza y el desempleo.
Además, considera necesaria la realización de reformas electorales que garanticen más -conforme al consenso de todos los hondureños y hondureñas- elecciones en condiciones de igualdad, apertura, libertad, justicia y transparencia; y fomento de la seguridad humana y el desarrollo sostenible.
El Defensor del Pueblo recomendó también la participación representativa de todos los sectores políticos y sociales en el diálogo, fraternal y solidario, por la gobernabilidad del Estado democrático de Derecho.
Además, para lograr que todas las estructuras del Poder Público aseguren, en su funcionamiento, la mayor efectividad y eficacia en la protección y respeto de la dignidad humana y en el proceso de democratización real de Honduras.
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