El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este miércoles su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y ordenará trasladar allí la embajada, que ahora está en Tel Aviv, adelantaron hoy altos funcionarios de su Gobierno, que pidieron el anonimato.
No obstante, Trump “reconoce que las fronteras específicas de la soberanía israelí en Jerusalén estarán sujetas a negociaciones de estatus final” con los palestinos, y seguirá apoyando el “statu quo en el Monte del Templo” o Explanada de las Mezquitas, situado en la parte palestina de la ciudad, dijo uno de los funcionarios.
En un discurso a las 13.00 hora local del miércoles (18.00 GMT), Trump ordenará al Departamento de Estado que “comience un proceso” para trasladar a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel, pero ese proceso llevará “años”, explicó la fuente.
“Hay alrededor de 1.000 personas trabajando en la embajada en Tel Aviv, y no tenemos una instalación que pueda acogerlos en Jerusalén. Llevará tiempo encontrar un lugar, asegurarnos de que es seguro, diseñar una nueva embajada y construirla”, agregó.
“Hoy en día, no puede construirse ninguna embajada estadounidense en ningún lugar del mundo en menos de 3 o 4 años. Ese será el caso también” en Jerusalén, puntualizó otro alto funcionario.
Estados Unidos se convertirá así en el único país del mundo que reconoce como capital de Israel a Jerusalén, donde ninguna nación tiene su embajada debido a que, tras la anexión israelí de la parte oriental de la urbe en 1980, la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus legaciones de la Ciudad Santa.
Aunque Israel considera a Jerusalén su capital, la soberanía del país sobre la parte oriental de la urbe (Jerusalén Este) no está reconocida por gran parte de la comunidad internacional, y los palestinos quieren establecer allí la sede de su futuro estado.
Sin embargo, la Casa Blanca considera su decisión “como un reconocimiento de una realidad, tanto histórica -Jerusalén ha sido la capital del Estado judío desde la antigüedad- como moderna, porque ha sido la sede del Gobierno israelí desde la fundación moderna de ese Estado en 1948”, indicó el citado funcionario.
“El presidente cree que este es el momento adecuado y el paso adecuado que dar, especialmente con respecto a sus esperanzas de que se pueda alcanzar un acuerdo de paz”, añadió la segunda fuente.
La Casa Blanca no cree que el anuncio pueda perjudicar las perspectivas para un proceso de paz en la región, a pesar de que los palestinos han advertido de las “graves repercusiones” que tendría esa medida en el futuro de sus estancadas negociaciones con Israel.
“La localización física de la embajada estadounidense no es un impedimento para la paz”, aseguró el primer funcionario.
“Esto es un cambio a una política de ambigüedad (sobre dónde debe estar la embajada estadounidense en Israel) que no ha funcionado durante los últimos 22 años”, desde que el Congreso aprobó en 1995 una ley para iniciar el traslado de la legación a Jerusalén, agregó.
Dado el tiempo que llevará trasladar la embajada a Jerusalén, Trump firmará este miércoles una orden que le permite postergar durante otros seis meses la aplicación de esa ley de 1995, que hasta ahora ningún presidente estadounidense ha implementado.
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