Pobladores del barrio El Chile en Tegucigalpa no durmieron anoche ante caídas de muros y el sonido fuerte con temblores en la parte alta del cerro donde se localiza una falla geológica.
“Se sintió como un temblor y un estruendo”, dijo el pobladores de la zona Alvin Paz, al canal de televisión HCH. “La mayoría nos encontrábamos durmiendo, realmente nos alarmamos, sobre todo cuando vimos que el muro cedió”, agregó,
En los alrededores de ese barrio habitada por decenas de familias pasa una quebrada que creció en forma significativa durante el paso reciente de las tormentas Iota y Eta.
“De repente empezó a temblar la cama, sentimos como mareos, las mujeres salieron corriendo con los niños”, insistió Paz para luego solicitar la supervisión de expertos de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) o de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC).
El temor es evidente considerando que en semanas anteriores se registró un alud y el desprendimiento de rocas en otros extremos del cerro.
Pese a que las condiciones climatológicas mejoraron, las autoridades reconocieron que sigue latente el peligro a derrumbes y deslaves en zonas de riesgo de Tegucigalpa y Comayagüela debido a que los suelos se encuentran saturados de agua.
Según expertos, los deslaves son movimientos terrestres cuesta abajo que pueden ser lentos y causar daños en forma gradual, o bien rápidos, y destruir bienes y provocar muertes de manera repentina e inesperada.
La mayoría de los deslaves son causados por fuerzas o eventos naturales, como lluvias intensas, temblores por un terremoto y la gravedad.
Las zonas donde hay incendios forestales y de malezas son mucho más susceptibles a los deslaves.