La obra fue anunciada por el alcalde Jorge Aldana como un proyecto sin precedentes, que abarcará 32 hectáreas de terreno municipal detrás del Anillo Periférico, donde se sembrarán más de 350 mil árboles.
La promesa es ambiciosa: convertir un espacio hasta ahora subutilizado en un pulmón verde para la ciudad, con senderos, plazas, jardines, miradores, zonas de avistamiento de aves y múltiples espacios para el encuentro familiar y el turismo local.
Con una inversión estimada en 70 millones de dólares, esta obra despierta expectativas por su promesa de devolverle oxígeno a una ciudad golpeada por la expansión desordenada, la pérdida de áreas verdes y la contaminación.
Además, se prevé la instalación de un colector de aguas residuales en la quebrada La Salada, un paso importante para evitar que ese afluente siga siendo un foco de contaminación. Desde la alcaldía aseguran que el desarrollo del bosque se hará respetando la flora y fauna del lugar, y bajo estrictas normas ambientales.
Este anuncio también renueva la ilusión ciudadana por la recuperación de otros espacios clave en la capital hondureña. Uno de ellos seria recuperar el área frente al nuevo paso a desnivel en construcción sobre el Anillo Periférico, que llevará el nombre de “Papa Francisco”. La visión es convertir ese entorno —actualmente subutilizado— en un punto turístico con la creación de una laguna artificial tipo Santa Lucía, rodeada de naturaleza, áreas de convivencia y senderos, lo cual podría convertirse en otro pulmón y atractivo urbano para Tegucigalpa.
Sin embargo, más allá del discurso, la ciudadanía permanece atenta. Tegucigalpa ha sido testigo de muchas promesas que se han desvanecido entre papeles y anuncios. El Bosque Urbano lleva el nombre de Berta Cáceres, símbolo de la defensa de la naturaleza en Honduras, y por ello exige un nivel de responsabilidad más allá de lo institucional.
Este proyecto representa más que una obra física. Es una prueba de voluntad política, de visión a largo plazo y de respeto al legado ambiental que muchas y muchos han defendido con valentía. Que no se quede en el discurso, que realmente eche raíces.