Nuestro mundo está lleno de personas que viven oponiéndose a todo, principalmente en el campo de la política. Por regla general, el estilo de discurso que se da en época electoral tiende a oponerse y criticar a todo lo que el gobierno hace, pero la pregunta que me hago es, ¿por qué en vez de estar oponiéndonos a lo que otros proponen, no invertimos el tiempo proponiendo cosas que sean alternativas, para resolver el problema que estamos criticando?
Es fácil hacer una oposición crítica, sin un contenido lógico, porque existen personas, partidos e ideologías que siempre están en contra de lo que otro está a favor. Da tristeza y vergüenza que el discurso político se fundamente en atacar y desnudar al contrario, en vez de presentar opciones que den soluciones a los problemas que están sobre la mesa. Lo triste de la política vernácula es la actitud humana frente a los temas sociales, usando expresiones ofensivas y negativas para abordar algunas situaciones existentes, las cuales por lógica, no tienen una fácil solución. Por ejemplo, no puedo prometer regalar la energía eléctrica cuando la misma está al borde de la quiebra. En este caso, debemos buscar opciones para bajar los costos.
La madurez de los pueblos descansa en la capacidad de analizar los discursos de sus candidatos, de acuerdo a la realidad. Debemos tener la capacidad de discernir cuando alguien critica por criticar, o da propuestas coherentes para solucionar los problemas. A veces escuchamos discursos de los políticos en los cuales nos ofrecen soluciones, que aunque son atractivas y llamativas, en la práctica es imposible su ejecución, porque no se ajustan a la realidad económica y social que vivimos. Ningún político puede y debe ofrecer lo que no tiene el Estado. No debemos de empalagar el oído de las personas, con sutiles promesas, que según la realidad existente, son inalcanzables. A nadie le gusta que le digan que hay que hacer ajustes económicos, porque lo que la gente quiere oír es que va haber bendición, prosperidad y mejoras salariales.
Cuando un político, o partido, se opone a las medidas existentes establecidas por el gobierno de turno, el cual enfoca una realidad real a la crisis económica del país, ¿qué alternativa da para solucionar la misma? Muchas veces ofrecen soluciones que son frustrantes para el pueblo, y automáticamente, nadie les va a votar. Si el país está en déficit, y un candidato promete rebajar los feriados, y trabajar más horas para producir más, y así superar la crisis, ¿cuál será la reacción de las personas frente a tal propuesta? La lógica establece que si la economía está en crisis, la solución será demandar sacrificio de todos, pero cuando nos hemos acomodado a trabajar poco, y tener muchos feriados, difícilmente estaremos dispuestos a trabajar más y renunciar a los feriados para salvar al país, porque nunca nadie quiere perder lo que obtuvo, aunque el mantener ese estándar de vida los lleve a la ruina.
Muchos candidatos ofrecen soluciones atractivas, pero utópicas. Proponen soluciones que indudablemente llevarán al país a la ruina. Es por ello que toda oposición, a una determinada ideología política, tiene que ser coherente con la realidad del momento, y debe llevar propuestas que den salida a los problemas y que no usen la mentira y el engaño, para dar falsas promesas, que en vez de producir un efecto positivo, hundirán más a la nación.
Debemos dejar de oponernos a todo, y presentar propuestas lógicas a la problemática nacional. Debemos reconocer lo positivo de la oposición y complementarlo con ideas sabias, y el pueblo debe analizar si tales propuestas son viables a la realidad que vivimos actualmente, y usar el voto con inteligencia, pensando en el bien común.
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Por: Mario Fumero