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Cuatro jóvenes hondureños y tres niños, todos miembros de una familia murieron asfixiados por la inhalación de monóxido de carbono (CO) del sistema de calefacción de la casa donde vivían en Moorhead, Minnesota en Estados Unidos.
Las víctimas son Belin Humberto Hernández, Marleny Jakceline Pinto (esposos) y sus hijos Breylin Fabela, Marbeli Hernández, Mike Bradley. Además de Elder Noé Hernández, hermano de Belin y Mariela Pinto, sobrina de Marleny.
De acuerdo con familiares las personas en mención eran originarios de Río Lindo, San Francisco de Yojoa en Cortés zona norte de Honduras.
Todos fueron encontrados sin vida por las autoridades al interior de la vivienda en la que no se presentaban signos de violencia o de una entrada forzosa.
El drama es conmovedor en la familia doliente en Honduras que ruega a las autoridades de la Cancillería que les ayuden a repatriar los cuerpos para poder sepultarlos en esa comunidad de Cortés
Cuando la temperatura se desploma en invierno y los sistemas de calefacción de las casas funcionan durante horas, aumenta el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono.
Cada año, al menos 430 personas mueren en los Estados Unidos por intoxicación accidental por monóxido de carbono. Alrededor de 50 000 personas van a la sala de emergencias cada año en los Estados Unidos debido a intoxicaciones accidentales.
El monóxido de carbono se encuentra en los gases producidos por calderas, calentadores de queroseno, vehículos cuyos motores se “calientan” en garajes, estufas, lámparas portátiles o faroles, estufas de gas, generadores portátiles, o la quema de carbón o madera.
El monóxido de carbono de esas fuentes puede acumularse en espacios cerrados o semicerrados. Las personas y los animales que estén en estos espacios pueden intoxicarse y morir al inhalarlo.
