Grupos de choque del chavismo irrumpieron este miércoles en la sede de la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición, y agredieron a diputados y visitantes que en ese momento asistían a una sesión solemne en conmemoración de los 206 años de la declaración de independencia del país suramericano.
Según las primeras informaciones, el ataque se inició a las 11:50 de la mañana. Manifestantes progubernamentales, que hasta entonces mantenían bajo asedio el edificio, ganaron el paso al Palacio Federal Legislativo, en el centro de Caracas. Periodistas, personal de la AN y parlamentarios fueron blanco de golpes y robos. Al momento de redactar esta nota, se sabía de al menos cinco diputados heridos, algunos de consideración: Nora Bracho, Armando Armas, Américo De Grazia, Luis Padilla y José Regnault Hernández, todos de oposición. Todavía se escuchaban detonaciones en los alrededores del lugar, adyacente a la plaza Bolívar de Caracas y a las sedes de Cancillería, la gobernación de la capital y el palacio arzobispal.
En el hemiciclo se celebraba entonces la sesión conmemorativa de la firma de la declaración de Independencia el 5 de julio de 1811, cuando los representantes de las provincias que entonces constituían la Capitanía General de Venezuela, reunidos en Congreso, proclamaron su separación de la Corona española.
El acta original de la declaración se conserva en el Palacio Federal Legislativo. Es tradición que en esta fecha se realice un evento conmemorativo. Este miércoles, el discurso de orden estaba a cargo de la historiadora Inés Quintero.
Sin embargo, desde que en las elecciones de diciembre de 2015 la oposición agrupada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) conquistó la mayoría absoluta en el parlamento, el Ejecutivo chavista, que ha hecho al Tribunal Supremo declararlo en desacato, se niega a participar en eventos del Legislativo.
Por eso fue una sorpresa -tanto como, quizás, una demostración del poder de los símbolos- que a primera hora de la mañana de este miércoles se presentara en la misma sede de la Asamblea Nacional el vicepresidente Tareck El Aissami, para rendir honores al acta y llamar a los fieles de Maduro a acercarse al Parlamento. “Al pueblo de a pie a que venga a este salón a tomar juramento de nuevo y asumir esta proclama para conducir en los tiempos futuros nuestro país hacia una gran victoria. Es la hora de los pueblos”, afirmó, “es la hora de los revolucionarios”. El Aissami invitó a reaccionar contra los que, según su la propaganda del Gobierno, “pretenden entregar la patria a los intereses oscuros del imperialismo”. “Los que se vayan quedando en el camino por traiciones, ambiciones y por proyectos personales, que se queden. Por cada traidora o por cada traidor vendrán miles de millones de revolucionarios a alzar la bandera de Bolívar y de Chávez para seguir empujando esta causa”, mantuvo.
En la breve ceremonia, efectuada en un salón del Palacio Federal, se vio a El Aissami (sobre quien pesa una sanción del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, por acusaciones de participar en actividades de narcotráfico y legitimación de capitales) flanqueado por el coronel Bladimir Lugo, comandante del destacamento de la Guardia Nacional encargado de la custodia de las instalaciones del parlamento.
En días recientes, el coronel Lugo adquirió notoriedad pública por un video que circuló a través de las redes sociales, en la que aparecía discutiendo con el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Julio Borges, y al que finalmente dio un empujón.
Apenas minutos después de la inesperada visita de El Aissami, dio inicio la sesión solemne de la Asamblea Nacional. La duplicidad de eventos da testimonio del acelerado tránsito hacia una realidad de institucionalidades paralelas a la que marcha Venezuela en medio de una profunda crisis socioeconóimica y de gobernabilidad.
Cuando los comúnmente llamados “colectivos” del Gobierno atacaron la Asamblea, no se vio a los efectivos de la Guardia Nacional cumplir sus labores de resguardo.
Simultáneamente con el ataque, todo el sistema de radio y televisión del país transmitía en cadena nacional el desfile militar con que las Fuerzas Armadas tradicionalmente saludan la fecha patria, desde el paseo Los Próceres de la capital venezolana. El evento cuenta con la presencia del presidente Nicolás Maduro y miembros de su Gobierno y de otros poderes del Estado.
A pesar del asalto, los diputados de oposición consiguieron aprobar en la cámara un acuerdo para convocar a un plebiscito popular el próximo 16 de julio.
Se anticipa que la violencia política se recrudezca en Venezuela durante este mes de julio. El 30 de julio debe realizarse las votaciones para elegir los diputados a la Asamblea Nacional Constituyente que Maduro ha convocado como un recurso para sortear la grave crisis política que su Gobierno enfrenta. La oposición, que califica esa convocatorio como un fraude, se ha adelantado a llamar para el 16 de julio un plebiscito popular en el que se preguntará a los ciudadanos si desean una nueva Constitución.
El Gobierno de Maduro ha establecido que las sesiones de la venidera Asamblea Constituyente tengan lugar en el Palacio Federal Legislativo, lo que implicaría desalojar de allí por la fuerza al parlamento ahora en funciones.
(Fuente: El País)