“Honduras no puede esperar más. Esa no es sólo una frase escrita en una pancarta. Es el grito desesperado de miles de hondureños y hondureñas que cada día salen a buscar trabajo, a sostener con esfuerzo a sus familias, o a emprender en condiciones difíciles”, expresó Armando Urtecho, director ejecutivo del Cohep, durante una conferencia de prensa.
La realidad detrás de los discursos
Año con año, más de 70 mil jóvenes hondureños egresan de universidades públicas y privadas. Jóvenes formados, con títulos en mano y sueños de independencia económica, se enfrentan a una cruda realidad: un mercado laboral estancado, limitado y altamente competitivo.
Para muchos, el destino es uno de tres: irse del país, caer en el desempleo prolongado o terminar en empleos informales sin protección ni estabilidad. Otros, con suerte o conexiones políticas, ingresan a un sistema estatal saturado de plazas temporales o mal remuneradas, muchas veces como resultado de apadrinamientos y no de méritos profesionales.
En paralelo, crece el fenómeno de los “ninis”: jóvenes que ni estudian ni trabajan, atrapados en una rutina de frustración y desánimo. Este grupo representa un segmento vulnerable ante la violencia, el crimen organizado o la migración irregular.
El Cohep subrayó que es momento de dejar de ver el empleo como una consecuencia y empezar a tratarlo como una prioridad nacional. “El trabajo digno no es un privilegio, es un derecho humano y una responsabilidad del Estado, pero también un compromiso de toda la sociedad”, expresó Urtecho.
El sector privado advierte que sin una estrategia clara para dinamizar la economía y atraer inversión, el país seguirá expulsando a su talento humano.
¿Qué se necesita?
Según diversos economistas y actores sociales consultados por Primicia Honduras, la ruta para enfrentar esta crisis debe incluir:
- Reformas estructurales que eliminen trabas para el emprendimiento y la inversión privada.
- Políticas activas de empleo dirigidas a jóvenes, incluyendo incentivos para empresas que contraten a recién graduados.
- Fortalecimiento de la educación técnica y la conexión con el sector productivo.
- Reducción de la burocracia y el clientelismo en el acceso al empleo público.
El drama de migrar sin querer
Honduras sigue siendo uno de los países con más migrantes irregulares hacia Estados Unidos. La falta de empleo está entre las principales causas. Muchos parten no por decisión, sino por necesidad.
“Me gradué con honores y no hay nada. Ya no quiero depender de mis padres. En mi comunidad, o te vas o te quedás atrapado”, cuenta una ciudadana de 24 años, licenciada en mercadeo que hoy se dedica a vender productos por catálogo.
La advertencia del Cohep es clara: el país no puede seguir postergando soluciones reales al desempleo, especialmente en una población mayoritariamente joven. La falta de oportunidades no solo mina el futuro económico de Honduras, también alimenta la desesperanza, la migración y la violencia.
“Es tiempo de que el empleo esté en el centro de las políticas públicas. Honduras no puede esperar más”, reiteró el sector privado.
Pronunciamiento del sector privado