El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, rechazó a través de un comunicado, nuevamente, acusaciones que lo vinculan en Estados Unidos con narcotraficantes hondureños.
La más reciente vinculación salió desde Nueva York, donde la Fiscalía de esa ciudad acusó de tres cargos relacionados con el narcotráfico al exjefe de la Policía Nacional Juan Carlos Bonilla Valladares, por los que se podría enfrentar a un máximo de cadena perpetua y que además involucran al actual presidente hondureño.
El fiscal del distrito de Manhattan, Geoffrey Berman, explicó en un comunicado que Bonilla Valladares jugó un “papel clave en una conspiración internacional de tráfico de drogas” y cometió delitos en nombre del exdiputado hondureño “Tony” Hernandez, condenado, “y de su hermano el presidente”, en referencia a Juan Orlando Hernández, entre ellos “el asesinato de un traficante rival”.
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A continuación, el comunicado íntegro de Casa Presidencial:
La Presidencia de la República, en respuesta a la acusación del fiscal para el Distrito Sur de Nueva York, Geoffrey S. Berman, contra el ex oficial y jefe de policía, Juan Carlos Bonilla, a la comunidad nacional e internacional comunica: En las acusaciones penales contra el ex jefe de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla, las referencias al presidente de Honduras, el Abogado Juan Orlando Hernández, son 100% falsas, como lo demuestran los hechos en el registro público, mismos que son evidencia que una vez más, las acusaciones provenientes de narcotraficantes confesos no son creíbles.
Inmediatamente después de las elecciones generales de 2013, el presidente electo, Juan Orlando Hernández, solicitó al presidente Porfirio Lobo Sosa nombrar un nuevo liderazgo en la Policía Nacional. Ningún presidente que fuera cómplice de un jefe de policía, como se establece en el falso testimonio, habría reemplazado la cúpula policial. El presidente Juan Orlando Hernández sí lo hizo porque no tenía nada que temer.
El 20 de diciembre de 2013, la agencia de noticias AP informó: “General Juan Carlos Bonilla fue removido como jefe el jueves por el presidente Porfirio Lobo, quien dijo que actuó después de consultar con el presidente electo Juan Orlando Hernández, quien asume el cargo el próximo mes. El despido se consideraba probable desde la elección de Hernández el 24 de noviembre (2013), quien ha argumentado que un esfuerzo de depuración no logró eliminar a los agentes corruptos y sacudir a la Policía Nacional, que es la única fuerza policial de Honduras”.
https://news.yahoo.com/feared-39-tiger-39-top-cop-honduras-051013759.html
Fue el presidente Juan Orlando Hernández quien insistió en una profunda depuración de la Policía Nacional, lo que resultó en la destitución del general Bonilla, junto con el 43% de toda la fuerza policial, incluida la mayoría de los funcionarios policiales de más alto rango. El método que eligió el presidente Hernández para limpiar una Policía Nacional corrupta y penetrada criminalmente fue significativo: Empoderó a miembros respetados de la sociedad civil para administrar todo el proceso, demostrando que quería una revisión exhaustiva e independiente, limitándose él mismo, el poder de controlar qué policía se quedaría y cuál se iría. Ningún presidente cómplice en el tráfico de drogas promovería una depuración de la policía en la que no pudiera proteger a ningún miembro.
El presidente Juan Orlando Hernández sí lo hizo porque no tenía nada que temer.
https://www.laprensa.hn/honduras/1376531-410/omar-rivera-comisionindicios-tigre-bonilla
El Woodrow Wilson International Center for Scholars (Wilson Center), de los Estados Unidos de América, elaboró un extenso informe de evaluación del proceso de depuración de la Policía Nacional.
En el informe y en la presentación del mismo en Tegucigalpa realizada por Eric L. Olson, representante del Wilson Center para Centroamérica, se “subrayó la voluntad política de las autoridades gubernamentales, especialmente del presidente de la República, Juan Orlando Hernández, y el Secretario de Seguridad, Julián Pacheco Tinoco, para impulsar esta iniciativa de reforma policial y tomar las decisiones conducentes a efectuar la necesaria limpieza en la estructura de la institución”.
Además, el presidente Juan Orlando Hernández fue el líder en promover e implementar la extradición, enfrentando feroz resistencia y amenazas. Ningún presidente cómplice del narcotráfico promovería e implementaría la extradición de narcotraficantes porque la extradición llevaría a los narcotraficantes a tribunales extranjeros, fuera de la influencia de cualquier presidente. El presidente Juan Orlando Hernández sí lo hizo porque no tenía nada que temer.
En asociación con los Estados Unidos y otros aliados, el presidente Hernández ha logrado resultados sin precedentes en la reducción del tráfico de drogas y el desmantelamiento de estructuras criminales. Los falsos testimonios de criminales confesos se basan en la venganza contra el único presidente que los persiguió y sus esperanzas de negociar una reducción de la sentencia, así como protección para sus familiares y bienes.
En este caso, las falsas acusaciones se originan en un narcotraficante confeso que probablemente le resiente al presidente Hernández el no haberle permitido ser candidato en su movimiento político, evitando así su reelección como alcalde y luego el despido de su hermano como funcionario público. El Gobierno del presidente Juan Orlando Hernández reitera que seguirá combatiendo de manera frontal el narcotráfico y el crimen organizado internacional.
Las acusaciones falsas de quienes vieron caer sus imperios mal habidos y sus estructuras de poder no van a detener esta lucha.