El presidente Juan Orlando Hernández reveló conversaciones de un grupo de narcotraficantes hondureños que fueron grabadas por un infiltrado de la Agencia de Control de Drogas (DEA), de Estados Unidos, y en las que se revela que nunca pudieron comprarlo, manipularlo ni intimidarlo, destapando las mentiras en su testimonio falso.
En la reuniones que se dieron, una en noviembre de 2013, antes de las elecciones, y otra en diciembre, cuando él se convierte en presidente electo, participaron Devis Leonel Maradiaga “El Cachiro”, Carlos Arnoldo Lobo, Héctor Emilio Fernández Rosa y Yankel Rosenthal.
En estas grabaciones se desvirtúan los falsos testimonios brindados de forma sistemática por estos narcotraficantes en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
En las conversaciones los narcotraficantes aseguraron que Hernández Alvarado no se podía comprar ni manipular y que si ganaba las elecciones sería “una catástrofe”, por lo que planearon asesinarlo y hablaron que en el atentado además morirían otras 100 personas, indicó el mandatario en comparecencia de prensa desde el Salón Morazán del Palacio José Cecilio Del Valle, sede de Casa Presidencial de Honduras.
“Es ofensivo lo que sale de New York, es indignante, ofensivo ver que los testimonios obviamente falsos de los narcos son tratados como palabra santa y es extraño que la oficina de Nueva York, que se supone que debe impedir los testimonios falsos, esté demasiado ocupada para investigar y descubrir que están utilizando testimonios falsos”, manifestó el gobernante hondureño.
“Estas grabaciones demuestran que el testimonio actual de los narcos es una mentira. Hoy afirman que en 2013 habían hecho un trato conmigo, que habían comprado la impunidad, pero sus propias conversaciones en 2013, sus propias palabras, habladas en privado entre ellos, demuestran que nada de eso es cierto. Todo es una mentira que están contando al tribunal, y esperando que la Llave Mágica les salve”, aseguró Hernández.
A continuación las declaraciones del gobernante hondureño:
Antes de comenzar, debemos dejar clara una distinción importante. En reciente juicio en Nueva York, el Gobierno de Honduras no tiene ningún interés ni ninguna opinión con respecto a los participantes o al resultado.
Sin embargo, lo que es un asunto aparte, es el uso en Nueva York de testimonios falsos que atacaron deshonestamente a Honduras, que atacaron a sus instituciones y funcionarios públicos, y que falsificaron la historia. El uso y la repetición de testimonios evidentemente falsos, de mentiras evidentes, es indignante. Francamente, es muy ofensivo porque es perverso.
Estamos viendo cómo los titulares se conforman con la repetición de lo que no son sólo mentiras, sino que son mentiras evidentes. Hoy tengo una información importante. Ya no es posible negar o dudar que los narcos están dando falsos testimonios porque la verdad está documentada en forma de grabaciones secretas y fueron presentadas por la DEA en un juicio.
En el 2013, la DEA tenía un infiltrado que estaba en las reuniones de los narcos en Honduras. El año es significativo: recuérdese que el año 2013 es, según sus falsos testimonios, cuando los narcos afirman que tenían todo arreglado conmigo, supuestamente a su medida, ya que me estaba postulando a la presidencia de Honduras.
Pero eso es una mentira evidente y hay pruebas. Tenemos las transcripciones. Y estos son documentos del Gobierno de los Estados Unidos. Estos son documentos judiciales que son producidos por fuentes oficiales del Gobierno.
Lo que las grabaciones de audio revelan que los falsos testimonios son eso, mentiras premeditadas. Los titulares deberían ser: “Las grabaciones de la DEA destapan y derriban el falso testimonio sistemático de los narcos”.
Las grabaciones muestran la situación real. La primera grabación es del 7 de noviembre de 2013, es decir, dos o tres semanas antes de las elecciones presidenciales del 24 de noviembre y los narcos ya habían visto que yo había impulsado la extradición, a pesar de todos sus intentos por detenerla. Había impulsado la extinción de dominio para confiscar los bienes de los delincuentes. Y esa ley acababa de ser utilizada para confiscar los bienes de los Cachiros en septiembre de ese mismo año.
Y vieron que yo había creado, con el apoyo de los diputados del Congreso Nacional, la Policía Militar del Orden Público, lo que significaba que su control sobre la Policía Nacional no les daría la impunidad a la que se habían acostumbrado. Ahora estaban en problemas. Y la nueva Policía Militar se había presentado por primera vez al público, el 15 de septiembre, demostrando que, aunque la nueva fuerza aún no estaba en funcionamiento, era algo real. No era una promesa de campaña, era un hecho.
De hecho, en la grabación los narcos expresan su terror de que la Policía Militar se movilice contra ellos. Así que los narcos sabían que hablaba en serio cuando decía que para recuperar la paz del país, yo Juan Orlando Hernández iba HACER LO QUE TENGA QUE HACER.
Y aquí tenemos el audio de los narcos en esta reunión del 7 de noviembre, y los nombraré para ustedes y para el mundo: Devis Leonel Rivera Maradiaga, el Cachiro; Carlos Arnoldo Lobo, el Negro Lobo; Héctor Emilio Fernández Rosa, Don H.; Yankel Rosenthal Coello. De lo que te darás cuenta es que todas estas personas, sin excepción, terminaron en la cárcel en los Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico.
Así que los narcos están siendo grabados en secreto por un operativo de la DEA y lo que está claro es que los narcos están preocupados por lo que significará para ellos que Juan Orlando Hernández gane las elecciones. Para ellos será una catástrofe. Se acabó el juego. Porque lo que se demuestra en la grabación de audio es que conmigo no tenían trato, ni protección, ni esperanza.
Así que, faltan menos de tres semanas para las elecciones, y han visto lo que yo he hecho, sus intentos de acercarse a mí no han dado resultados y están preocupados.
Uno de los narcos describe una conversación sobre cómo unos sicarios mexicanos podrían matarme, que tal vez 100 personas morirían en el intento.
Ahora, cuando los narcos están describiendo un aparente deseo de matarme, había un infiltrado de la DEA presente, grabando la conversación. Es interesante, porque hoy puedo decir que el Gobierno de los Estados Unidos, que yo recuerde, no nos informó que esas personas estaban discutiendo la opción de intentar matarme. Al menos no esa vez, pero para ser justos, unos años después, en algunas ocasiones el FBI, en algunas ocasiones el embajador acreditado aquí, sí acudió a mí cuando detectaron planes de diferentes narcos para matarme, que afortunadamente no tuvo éxito, y agradezco a las autoridades estadounidenses por esa advertencia.
Ahora, lo que los narcos dicen en las grabaciones es que Juan Orlando no va a tratar con ellos, que no se va a comprometer con ellos. Tratan de poner excusas para explicar por qué no han podido hacer un trato conmigo.
Dicen repetidamente que soy “arisco”, lo que significa que no voy a tratar con ellos. Uno de los narcos dice que es [“bien arisco”]. El otro de acuerdo responde “bien arisco”. De nuevo vuelven al tema, y dicen “él es súper arisco, súper, súper arisco”. O sea, que no soy una persona con la que puedan tratar y se sienten frustrados por ello. Es decir, lo que realmente decían en 2013 es lo contrario a su falso testimonio de ahora.
En esencia, los criminales están diciendo que este es un tipo al que no podemos comprar, al que no podemos manipular y al que no podemos intimidar. Están diciendo que Juan Orlando Hernández no es un hombre con el que puedan trabajar. Ni siquiera es un tipo al que podamos acercarnos porque se mantiene alejado de nosotros. Comprendieron que tenían un problema.
De hecho, los Cachiros le dijeron a su estructura, escuchen, tienen que evitar que la gente vote por Juan Orlando y allí están los resultados de las elecciones del 2013 en los territorios que ellos controlaban. A pesar de eso, gané de todos modos. Es obvio de qué lado estaban. Se opusieron a mi elección abiertamente.
Luego hay otra reunión de los narcos, Devis Leonel Rivera Maradiaga, el Cachiro; Carlos Arnoldo Lobo, el Negro Lobo, y Nicolás Rivera después de las elecciones, el 3 de diciembre de 2013, cuando saben que Juan Orlando será presidente y donde los narcos dicen sin tapujos, ahora sí nos va a derrotar, realmente la palabra que usaron no fue realmente “derrotar”; usaron otra palabra, una palabra corta y vulgar, pero eso es lo que significó.
Así que están grabados en una cinta días después de mi elección mostrando que conmigo los narcos no tenían trato, ni protección, ni influencia, ni impunidad, ni esperanza, ni futuro. Estaba perfectamente claro que las medidas que tomé nunca las habría tomado ningún líder que estuviera involucrado con los narcotraficantes o intimidado por los narcos.
Lo que hice antes de ser presidente de la República demostró que lucharía contra los narcos y los llevaría ante la justicia. Comprendieron que conmigo se acabó el juego. Y por supuesto que lo sabían, porque yo jamás negociaría con ellos; si quisieran un acuerdo tendrían que buscarlo en otra parte, tal vez en Estados Unidos.
Así que es una segunda vez, a finales de 2013, que las grabaciones de audio de la DEA demuestran que su actual falso testimonio y queda expuesto como una vil mentira.
Así que, para recopilar: tenemos todo el registro de mis acciones públicas, las leyes duras, y luego llegamos a escuchar lo que los narcos dicen sobre eso en dos reuniones, que producen las dos grabaciones de audio por la DEA, del 7 de noviembre de 2013, y de nuevo el 3 de diciembre de 2013. Y luego, el 5 de diciembre, que es dos días después de esa segunda grabación, sucede una tercera cosa, algo muy importante que involucra a los Cachiros, y todo es consistente, y todo tiene perfecto sentido.
Ahora no tienen que confiar únicamente en lo que yo diga; la fuente pública de esto es The New York Times que hizo su propia investigación y revisó los documentos oficiales para confirmar lo siguiente: El 5 de diciembre de 2013, que es diez días después de mi elección como presidente de la República, los Cachiros (que ya están grabados reconociendo que conmigo como presidente se les acabó la fiesta), vuelan a Belice para reunirse con la DEA y el Departamento de Justicia para ofrecer su rendición.
El récord del 2013 es claro. No tenían ninguna relación ni arreglo conmigo. Están mintiendo en la corte y están dando falso testimonio.
Eso fue en 2013, cuando los narcos dijeron que yo no trabajaría con ellos, que era “arisco” y que me temían. ¿Qué ha sucedido en los años transcurridos desde entonces? Ustedes conocen los hechos: Bajo nuestro Gobierno, a través de la extradición, la rendición o la captura, más de 40 narcos han sido entregados a la custodia de Estados Unidos, rompiendo los carteles más poderosos del país; casi la mitad de la Policía criminalmente penetrada fue destituida después de que nosotros creamos una comisión de la sociedad civil para poder dirigir la depuración masiva e independiente.
Lo más dramático de todos estos hechos es que el paso de la droga por Honduras se redujo en un 95%, algo sin precedentes. Y lo más importante que tiene que ver con la vida de los hondureños es que esa reducción del paso de la droga por el territorio tuvo un efecto muy beneficioso de reducir los asesinatos a causa de la violencia en un 60%, salvando miles y miles de vidas cada año; me refiero a la tasa de homicidio por cada 100 mil habitantes.
Así que esos son los hechos. Y en 2013, los Cachiros y los demás narcos, en reuniones secretas, hablaron entre ellos y mostraron la realidad, lo que realmente existía.
Nosotros sabemos la verdad. Todos ustedes saben la verdad. Pero ahora, años después, los Cachiros quieren pactar con los fiscales para tratar de salvarse y vengarse, por lo que inventan una versión ficticia, mentiras absolutas, testimonios falsos, testimonios penalmente falsos, testimonios ilegales y falsos, donde dicen lo contrario de la realidad.
Lo que dicen es una mentira evidente, y se puede demostrar que es una mentira porque están grabados por la misma DEA; y se demuestra que es una mentira porque es lo contrario de lo que fue su comportamiento en realidad.
Y sabemos que es mentira porque la naturaleza de los narcos es que siempre quieren ajuste de cuentas, sabemos que lo perdieron todo y quieren vengarse. Esta es su manera de vengarse y también es la oportunidad de obtener algunos beneficios para ellos mismos y sus familias.
Por lo tanto, es ofensivo lo que sale en Nueva York, es indignante, perverso ver que los testimonios obviamente falsos de los narcos son tratados como santa palabra, y es extraño que la oficina de Nueva York, que se supone que debe impedir los testimonios falsos, esté demasiado ocupada para investigar y descubrir que están utilizando testimonios falsos, o que por alguna otra razón aún no se haya dado cuenta, pero al fin y al cabo esto no va a ir a ninguna parte. Es todo perverso y ofensivo. Pero no va a ir a ninguna parte.
EEUU un aliado en lucha antidrogas
Estados Unidos es un Gobierno aliado, socio nuestro, con el que hemos trabajado muy estrechamente y que ha dado resultados extraordinarios. Y yo continuaré con esa alianza hasta el 27 de enero de 2022, cuando deje el cargo y un nuevo presidente asuma el poder.
Con Estados Unidos, Colombia y otros socios de la región logramos ese poderoso resultado de bajar en un 95 por ciento el paso de las drogas a través de Honduras. Estas no son mis cifras; son las de Washington.
Ningún otro país en la región tiene resultados así. Honduras lo tiene, queda claro: desde mi elección en 2013, ha habido una reducción del 95%, del paso de la droga por territorio hondureño y estos son datos oficiales del Gobierno estadounidense. Así que es francamente indignante escuchar en Nueva York lo que se dice omitiendo la verdad.
Pero para ser franco, esta oficina en Nueva York en realidad no estuvo involucrada en el trabajo con Honduras para combatir las drogas. No sabe mucho de Honduras, ni cómo luchamos contra los narcos y rescatamos a este país de los narcos. Honduras es lo contrario de un narcoestado.
Sin embargo, en Nueva York ni siquiera saben lo que Washington ha anunciado públicamente: que Honduras bajo mi Gobierno redujo el narcotráfico en un 95%. ¡95%! Ningún otro país ha tenido una reducción mayor.
Sin embargo, sorprendentemente, algunos fiscales de Nueva York no lo saben. Les doy otro dato: el 19 de este mes, una operación exitosa se llevó a cabo en Honduras, en Limón, Colón, simultáneamente en el momento en que un fiscal decía en Nueva York que con Honduras la DEA no podía trabajar, pero en el mismo instante la DEA con la Policía Antidrogas de Honduras estaba llevando a cabo la recolección de 1.600 kilos de cocaína, ¿Qué les parece? Una desconexión total.
Por otro lado, las agencias en Washington que son los socios de Honduras, con quienes trabajamos para lograr la reducción del 95%, todos hablando de forma oficial y públicamente, y al más alto nivel, reconociendo lo que juntos hemos logrado.
Aquí está, por ejemplo, la Administración para el Control de Drogas, la DEA, y al más alto nivel. [TWEET del 1 de marzo de 2019]. Esto es lo que tenían que decir y dicen gracias Juan Orlando Hernández y que ellos están viendo a futuro para seguir trabajando; esto es al más alto nivel de la DEA.
Lo mismo ocurre con el Pentágono: Los líderes del Comando Sur, desde el general Kelly hasta el almirante Faller, han reconocido a Honduras como un socio de confianza y efectividad. Así consta en sus declaraciones, muchas de ellas ustedes mismos las han escuchado. Lo mismo ocurre con el Departamento de Seguridad Interior (DHS). Lo mismo con la Casa Blanca, etc. Este reconocimiento se remonta a la Administración Obama-Biden y luego continúa a través de la Administración Trump-Pence.
Después de terminar mi declaración, les mostraré un video producto de una visita durante mi Gobierno en el Congreso Nacional durante la administración Obama-Biden, con funcionarios muy bien informados y respetados que reconocieron lo que hemos hecho en Honduras.
Y que quede claro: no vamos a cambiar nuestras relaciones ni nuestra cooperación con Estados Unidos: Voy a seguir trabajando con este Gobierno aliado, como siempre lo he hecho, y lo haré hasta mi último día, que es el 27 de enero de 2022, porque llegué al cargo con la promesa que para recuperar la paz voy a hacer lo que tenga que hacer. Y eso no ha cambiado. Y el hecho de que hayamos logrado esta reducción del noventa y cinco por ciento es histórico. Y voy a continuar hasta mi último día porque es una obligación solemne que debemos honrar por el sacrificio de las docenas y docenas de nuestros valientes hombres y mujeres que perdieron sus vidas para producir este resultado. Militares, policías, fiscales, jueces, ciudadanos honestos de Honduras. Estos son nuestros héroes caídos y debemos mantener nuestro compromiso con ellos.
Pero el año que viene no está lejos. ¿Qué pasará en el próximo Gobierno? ¿Qué pasa en otros países del hemisferio y del mundo? El riesgo es que si dejan que esta situación perversa continúe en Nueva York de esta manera, tan alejada de la realidad que cualquier socio de los EE.UU. perderá la confianza, entonces a nivel hemisférico creo que todo el sistema de cooperación comienza a colapsar silenciosamente.
Pero, afortunadamente, creo que podemos decir con cierto grado de confianza que las mentiras son tan evidentes en este momento que todo esto se va a desmoronar. Algunas personas parecen preocuparse de que el falso testimonio de Nueva York vaya a llegar a algo dramático, pero lo cierto es lo contrario: aquí hay mucho menos de lo que podría imaginarse y por una razón muy sencilla.
Lo que se dice, el falso testimonio, la repetición de mentiras evidentes, es tan absurdo y tan ofensivo, que si Washington permitiera que Nueva York hiciera algo contrario a la verdad y la lógica en ese sentido, llevaría al colapso silencioso de la estrecha cooperación con múltiples países del hemisferio. Un punto importante aquí es que todos los países que se asocian con Washington ven los informes oficiales de Estados Unidos, estos otros gobiernos saben que Honduras es el país que ha reducido el narcotráfico en un 95%. Cuando vienen aquí o en las conferencias internacionales los otros países nos preguntan cómo logramos resultados tan notables.
Además, nos asociamos con algunos de estos países en el trabajo de seguridad regional contra el narcotráfico. Trabajamos juntos, nuestros gobiernos, nuestra policía, nuestros militares, nuestros fiscales. Ellos saben cómo lo logramos: extradición; Policía Militar; depuración de la Policía Nacional; nuevas cárceles; confiscación de bienes; tasa de seguridad; cooperación internacional. Estos otros países ven los datos, y saben que los narcos mienten; saben que los testimonios en Nueva York son falsos.
Hay múltiples países en este hemisferio, y tal vez algunos fuera del hemisferio, que no podrían cooperar con Estados Unidos de la misma manera si Washington deja que algunos fiscales de Nueva York se comporten en contra de la verdad o de la lógica, porque para luchar contra criminales muy perversos y para lograr lo que logramos juntos con los Estados Unidos -una reducción histórica del 95 por ciento del paso de la droga- hay que tener una asociación de confianza, hay que tener realmente confianza y seguridad en la integridad del sistema, y eso se perdería a los ojos de muchos países de todo el mundo si ven que Washington está dando recompensas a los falsos testimonios de los más viciosos asesinos y narcotraficantes que habían sido perseguidos por un Gobierno socio confiable.
No es una cosa sostenible para ellos ir en esa dirección, que es la razón por la que no van a ir en esa dirección. Me atrevo a decir que en esta nueva Administración en Washington hay gente muy seria y experimentada.
Durante la Administración Obama, tuvimos una muy buena relación con esa Administración, y cuando delegó el presidente Obama al entonces vicepresidente Biden para construir la estrategia con el Triángulo Norte. Mirarán de cerca y separarán los hechos de las mentiras. Y eso es importante, y debería ser el final de esto, porque debería estar claro que ningún Gobierno responsable quiere asumir la responsabilidad que supone confiar en testimonios obviamente falsos de narcotraficantes y asesinos, y mucho menos cuando eso llevaría al colapso silencioso de un sistema de cooperación internacional, que en el caso de Honduras y otros países aliados han sido tan eficaz en la lucha contra las drogas.
Permítanme resumirlo aquí:
1. En Honduras sabemos quién es quién. Las mentiras que se dicen en Nueva York son mentiras evidentes; los falsos testimonios afirman que, supuestamente, lo absurdo que uso palabras que nunca uso; que dije el tipo de cosas que nunca digo; y que realicé acciones que son lo contrario de lo que soy. Con sus testimonios están creando una falsa caricatura de una persona que no existe. Lo que están haciendo es indignante y es ofensivo.
2. Las mentiras que dicen los narcos se contradicen con el expediente público que muestra cómo durante más de una década me puse al frente para impulsar acciones sin precedentes, de extraordinario alcance y eficacia, para combatir a los narcos a los que se les había permitido crecer como un cáncer, que habían corrompido y penetrado nuestras instituciones, y que operaban con impunidad y nos produjeron la tasa de homicidios más alta del mundo. Mi liderazgo en este tema es conocido directa y personalmente por decenas de funcionarios internacionales que apoyaron, alentaron y aplaudieron, tanto en público como en privado, las fuertes medidas y las duras acciones que realizamos.
3. El comportamiento criminal y evidente de los narcos habla por sí mismo y desnuda sus propios falsos testimonios: cuando los Cachiros y una docena de narcos más deciden que conmigo como presidente no tienen ninguna esperanza en Honduras ni posibilidad de hacer un trato, y que su mejor opción es abandonar sus imperios criminales, que se someterán a la vida en una cárcel extranjera, y ponen su única esperanza en la Llave Mágica y un arreglo con Estados Unidos; entonces, su conducta habla más fuerte que cualquier mentira que ahora digan en los tribunales.
4. Si saliera en los titulares, como debería, el mundo sabría lo que algunos de ustedes ya saben: que Honduras bajo nuestro liderazgo ha tenido los mejores resultados en la guerra contra las drogas que cualquier otro país de la región. Aquí están los resultados, documentados y publicados como datos oficiales del Gobierno de los Estados Unidos, reportados por el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa a través del Comando Sur, que desde que llegué a la presidencia, Honduras ha reducido el tráfico de drogas en un histórico 95%. Sin embargo, por alguna razón algunos medios de comunicación mantienen en secreto que Honduras ha tenido un éxito sin precedentes en la lucha contra el narcotráfico, mientras que las evidentes mentiras de los narcos obtienen grandes titulares.
5. Con nuestro éxito, y con nuestras fuertes y efectivas acciones contra los narcos, existe, y no es de extrañar, un abundante reconocimiento público y privado por parte de nuestros socios y contrapartes de las agencias de los Estados Unidos. Hemos trabajado estrechamente con nuestros socios internacionales y hemos producido resultados notables y ellos lo han reconocido sistemáticamente.
6. Por último, además de todo lo que demuestra que lo que se está escuchando en Nueva York son falsos testimonios, además de los datos de EE.UU. que muestran una reducción histórica del 95% de baja del tránsito de drogas por el país, además de la entrega y extradición sin precedentes de docenas de narcos, además del registro de las acciones que tomé, acciones que nunca serían tomadas por nadie involucrado con los narcos o intimidado por los narcos, además del reconocimiento de nuestros socios internacionales, además de todo eso, hay la prueba más poderosa de que los narcos están mintiendo en la corte, y son sus propias palabras:
Tenemos esa prueba, está en el registro público: se pueden leer las palabras reales de los narcos desde 2013, hablando en privado entre ellos, y con sus palabras, sus conversaciones, dejan claro que no tenían ninguna relación conmigo y que no habían encontrado ninguna forma de influir o intimidar. Tanto así que conversaron sobre la forma de quitarme la vida, no importara estuvieran presente 100 o más personas. Estas pruebas se encuentran en forma de grabaciones secretas realizadas por la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos, la DEA, que ha sido un estrecho colaborador de mi Gobierno. Estas grabaciones demuestran que el testimonio actual de los narcos es una mentira.
Hoy afirman que en 2013 habían hecho un trato conmigo, que habían comprado la impunidad, pero sus propias conversaciones en 2013, sus propias palabras, habladas en privado entre ellos, demuestran que nada de eso es cierto. Todo es una mentira que están contando al tribunal, y esperando que la Llave Mágica les salve. Este falso testimonio es ilegal, con sus mentiras estos asesinos cometen el delito adicional de perjurio, y violan el mandamiento bíblico contra el falso testimonio. Pero a ellos no les importa la ley, ya se enfrentan a múltiples cadenas perpetuas, y ya han demostrado su desprecio por el mandamiento “no matarás”, así que simplemente no les importa dar falso testimonio. Su cultura se basa en “el ajuste de cuentas”. Quieren venganza.
7. Sin embargo, si la administración de justicia en los Estados Unidos funciona correctamente, según sus propias normas oficiales, entonces estos criminales no deben ser recompensados: deben ser castigados por su falso testimonio, sus penas deben ser aumentadas. Por otro lado, si estos criminales son premiados por Estados Unidos por sus evidentes falsos testimonios, significa que a nivel hemisférico, en múltiples países, el sistema de cooperación internacional con Estados Unidos se volverá insostenible en su forma actual. No hablo de Honduras, donde mantendré la cooperación hasta mi último día, el 27 de enero de 2022; estoy hablando del riesgo para el hemisferio, a la inevitable pérdida de confianza en un sistema que se colapsará silenciosamente.
8. Por eso, al final sucederá una de dos cosas: o se derrumban todos los falsos testimonios, lo que en Nueva York se ha construido con mentiras. O eso, o el sistema de cooperación internacional se derrumbará silenciosamente, y no creo que eso vaya a ocurrir porque la amenaza de las drogas es demasiado grave para el mundo como para que Estados Unidos y Washington saboteen imprudentemente el sistema de cooperación internacional en la lucha contra las drogas.