TEGUCIGALPA. Los representantes del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), han exhortado nuevamente a los grupos de la oposición a llegar a un arreglo que permita terminar con el presente clima de incertidumbre y la anarquía.
Según un informe, a más de 10,000 millones de lempiras ascienden las pérdidas acumuladas hasta ahora por las protestas que han tenido lugar por varias semanas en el país.
Al mismo tiempo, los inversionistas han demandado al Gobierno que «haga algo» para erradicar lo que ellos consideran los dos problemas de raíz en el país y los desencadenantes de la crisis actual: La corrupción y la impunidad.
La demanda enérgica de los empresarios apunta a que haya cambios, se ponga un alto a la descomposición moral de la sociedad, se privilegie el respeto a la seguridad ciudadana y jurídica y se coloque un freno al abuso del poder y a los excesos de la burocracia.
Distintas posiciones
Los líderes de la Confraternidad Evangélica han ofrecido un completo respaldo a la iniciativa del diálogo nacional y pronunciado a favor del crecimiento y desarrollo integral de Honduras.
Esa denominación religiosa ha plasmado en un comunicado que «jamás la especulación, la obstrucción, el vandalismo, el terror y ninguna acción violenta justifican una escalada de caos para demandar la mejora de condiciones sociales que todos los hondureños anhelan».
Una visión semejante es la que han expuesto los cargos cimeros de la Iglesia Católica, quienes han recalcado que «hay una realidad manifiesta de un pueblo que necesita ser atendido, escuchado y que demanda una propuesta de desarrollo integral, además del acceso a los medios de una vida digna, educación, trabajo, vivienda y alimentación».
Quienes tienen el papel de orientar al pueblo a la luz de la Palabra de Dios, han hecho hincapié en el clamor de los hondureños por «cambios profundos».
Se trata de un conjunto de demandas de fondo que no han sido satisfechas y que ponen en entredicho a los gobiernos en sus diferentes turnos acerca de su competencia para hacer realidad sus promesas políticas y la viabilidad de la democracia.