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Bandadas de animales entre ellos el Ave Nacional de Honduras están migrando desde hace varias semanas buscando refugio y alejarse del humo y las llamas.
Este sábado se reportó el avistamiento de un ave Guacamya la cual ha sido obligada a abandonar su hábitat natural para adentrarse en las urbes en búsqueda de refugio ante los incendios forestales que se observan últimamente a causa de la temporada de sequía.
Los incendios a nivel nacional provocados por manos criminales, han puesto en peligro a miles de animales silvestres que tienen estos puntos como morada.
Las redes sociales están muy activas ante los avistamientos. Son vatrias las denuncias ya y la presencia de animales en sus domicilios quienes al no encontrar espacios en sus respectivos hábitats toman los tendidos eléctricos o patios de las casas como refugios temporales.
Un punto muy importante es que cuando los animales silvestres llegan de esta manera a las ciudades, la gente los ve, suele asustarse y los golpea o los mata porque no está acostumbrada a su presencia.
Aún es muy temprano para estimar el daño que produjeron los siniestros pero queda claro que la fauna necesita atención inmediata para poder recuperarse, ellos tambien son especies y hay que concientizar a la ciudadanía.
Honduras en llamas
Las infernales llamas de fuego que sofocan los bosques de Honduras ya han tenido como víctima a un total de 83,604 hectáreas de vocación forestal. Al menos 1,713 incendios se han registrado durante 2023.
Esto significa que se han destruido producto de la mano criminal del hombre un espacio de bosque equivalente a la mitad del territorio del Distrito Central, donde están las ciudades de Tegucigalpa y Comayaguela.
De acuerdo a datos, del Instituto de Conservación Forestal (ICF), reflejan que el es el municipio del Distrito Central es el más afectado de Honduras en cuanto a casos, con 230 incendios y 6,136 hectáreas de bosque dañadas.
El pico de estos siniestros forestales ocurrió entre marzo y abril, meses caracterizados históricamente por temperaturas intensas.
Entre las estadísticas, se encuentran que 124 áreas protegidas fueron perjudicadas, así como 213 microcuencas.
