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El analista político Olban Valladares cuestionó hoy que la pobreza, que afecta al 64% de los 9 millones de hondureños, ha servido para justificar programas que nunca se realizaron pero que las cantidades millonarias que se erogaron fueron a dar a bolsillos de funcionarios y de “empresarios de maletín”.
“La corrupción en este país no puede ser objeto de apañamientos, no puede ser que se acobije bajo las sombras de la impunidad”, declaró.
Valladares espera que el pueblo hondureño pueda redimirse algún día de los daños que le han ocasionado, sin lastima, los corruptos, particularmente afectando la educación, la salud y la seguridad del pueblo hondureño.
Se estima que, en Honduras, alrededor de 5.7 millones de personas están bajo la línea de pobreza, de los cuales, 3.7 millones viven en pobreza extrema.
El ex candidato presidencial por el Partido Innovación y Unidad (PINU) dijo que el informe emitido por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) aviva el alto grado de indignación que el pueblo hondureño siente por los múltiples casos de corrupción que han sucedido en los últimos doce años en el país.
“Cuando analizamos las cifras con las cuales el CNA declara que ha habido afectación de los intereses del pueblo hondureño, este grado de indignación llega a sus cúspides más altas”, señaló.
Agregó que no es posible que en Honduras se puedan seguir tolerando actos que han venido creciendo en los últimos tiempos.
Ya se hace sin lastima alguna para este pueblo tan necesitado de educación, salud pública y seguridad, lamentó.
El Índice de Desarrollo Humanos (IDH), que mide la situación de cada país a nivel de salud, educación y calidad de vida, ubica a Honduras como el peor Estado de América Latina y el Caribe.
El analista reiteró que se han utilizado todos los grados de pobreza para justificar programas que nunca fueron realizados pero que las cantidades millonarias que se erogaron fueron a dar a bolsillos de funcionarios y de empresarios de maletín.
Valladares agradeció la valentía de los directivos y ejecutivos del CNA por mantener viva la llama de la lucha contra la corrupción y denunciar los malos actos que han cometido personas que ni siquiera debían llamarse que nacieron en esta tierra catracha.
El pueblo hondureño entero tiene que hacer un reconocimiento de la labor realizada por el Consejo Nacional Anticorrupción y esperar que ese trabajo no sea interrumpido por esos intereses oscuros de quienes pretenden acallar las voces de las denuncias.
El CNA ha enfrentado con valentía los embates de una oficialidad que ha pretendido acallar esa institución al montarle paralelas e incluso debilitarla con la ausencia de la Misión de Apoyo en la Lucha contra la Corrupción y la Impunidad (MACCIH), que dejo de funcionar en el país desde el 19 de enero del 2020.
De acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), Honduras se ubica en el lugar 26 de 30 países en América Latina y el Caribe y en el 146 de 180 naciones evaluadas en el mundo sobre la corrupción en el sector público.
