País en picada

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Los socialistas, conjuntamente con el actual gobierno controlado por el Partido Libre, dirigido por una Presidente elegida por el pueblo y un coordinador político, apoyados por el Frente Nacional de Resistencia Popular, cuyo núcleo de mando, es integrado por dirigentes marxistas, encaminan políticamente a Honduras, hacia la caída en picada. La encuesta que realizó Radio América recientemente (2023) así lo demuestra: el 78 % de los entrevistados consideraron haber tomado una decisión incorrecta al votar por Xiomara Castro, el 74% opinaron que la gestión de la actual Presidente ronda entre mala regular, el 76% consideraron que la gestión de los funcionarios del gobierno oscila entre mala regular, en materia de seguridad y combate al narcotráfico el 86% ven la situación entre mala regular, el 93% opinaron que en materia de oportunidad de empleo la situación está entre regular mala, en relación al costo de la vida el 86% lo ven entre mala regular, en materia de salud el 82% opinaron que la situación está entre mala regular, en materia de educación opinaron que la situación oscila entre regular mala, y para finalizar, el 91% de los entrevistados perciben el futuro inmediato del país con alto pesimismo y poco esperanzador. En fin, es una percepción ciudadana desfavorable.

El gobierno socialista va mal. Llegaron al poder de gobierno porque recibieron el voto real de una ciudadanía que no es socialista, pero que, sí estaba hastiada con el gobierno nacionalista, inclinados emocionalmente, hacia la candidatura de una candidata que les dio muestras de firmeza para emprender el cambio a favor de una democracia participativa y menos excluyente económicamente. Lo cual, prácticamente vemos que es un fiasco evidente difícil negar.

En términos electorales reales, los socialistas constituyen un segmento electoral no mayor a los 450,000 votos, porque la diferencia respecto al total nominal que obtuvieron en las elecciones generales de noviembre de 2021, son votos que recibieron de ciudadanos demócratas no socialistas, provenientes de diferentes instancias de la sociedad civil que, decidieron votar por la candidata que Libre puso al frente. Sobre todo, por ciudadanos nacionalistas, liberales, demócratas nasrallistas y de jóvenes independientes atraídos por las promesas de un nuevo poder político que ofreció un concepto de apertura democrática distinto y fueron atraídos por el concepto de refundación del Estado.

Los demócratas hondureños opuestos al socialismo, tienen la responsabilidad histórica de emprender una lucha política permanente de oposición, ante la instauración de una dictadura socialista marxista en ciernes que amenaza su vida social.

La quietud ciudadana de estas fuerzas políticas no hay que entenderla como una debilidad o miedo social, más bien como un estado latente que, en su momento oportuno, puede salir a la calle y demostrar desde ahí, los argumentos necesarios para atacar las falacias marxistas, realizando manifestaciones con consignas que demuestren una crítica constructiva basada en información que ponga en evidencia, no solo hacía donde conducen a la nación, pero también, que denuncien los errores administrativos, las violaciones al Estado de derecho, a los derechos humanos y los actos de corrupción que se están cometiendo. Sin ofender y usando palabras correctas que la ciudadanía entiende.

Las fuerzas de la derecha democrática no están aniquiladas, pero si mantienen una lucha solapada permanente que va creando conciencia política, convicción crítica, e interés, por la causa que defienden.

Levantan su voz de manera sigilosa, pacífica, paciente y utilizando modos operativos ciudadanos, que poco a poco, van creando condiciones de oposición ciudadana efectivos para enfrentar las voces estridentes de los voceros marxistas, que sistemáticamente, introducen temor político y amenazan con llevar al país a una guerra política de consecuencias inimaginables, totalmente obtusas e irresponsables, para encausar a Honduras hacia la salida del atraso.

La derecha hondureña basa su oposición no solo a través de los partidos políticos de su lado, sino más bien, de las organizaciones de la sociedad civil como un todo que están determinadas, a defender la forma democrática para cambiar los defectos estructurales del capitalismo que agobian su reproducción social. Estas fuerzas, no aceptan que sea bajo un gobierno autoritario que promueve la hegemonía absoluta de un partido marxista para imponer los cambios, principios y valores a su antojo y, bajo criterios determinados por partidos ajenos a Honduras, quienes deciden el destino político de los hondureños.

Los hondureños defienden la democracia bajo una modalidad participativa propia y no extraña para desarrollarse. Reconociendo que necesitamos darle un nuevo rumbo al Estado, a su economía, a su realidad social, a su realidad cultural y, ciertamente, a su realidad política dominada por intereses particulares oscuros.

Los empresarios que están apoyando al gobierno y haciendo negociaciones con el coordinador del partido libre, piensen lo que escribió Miguel Angel Quevedo el dueño de Bohemia en Cuba: “los que hoy no defiendan como hombres lo llorarán como mujer”.

mesm1952@yahoo.es

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