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En su última reunión de la legislatura, el Congreso Nacional de Honduras, aprobó anoche nombrar como diputados vitalicios (de por vida) a los nacionalistas Oswaldo Ramos Soto, Óscar Nájera y por el Partido Liberal a Carlos Alfredo Lara Watson en una iniciativa que según directivos salientes no devengarán sueldo.
“Los nombramientos no le causarán ningún tipo de impacto económico a la nación”, aseguró el vicepresidente del Congreso Nacional y diputado por el departamento de Santa Bárbara, Mario Pérez, pero que esos nombramientos sin pago está en tela de duda por sectores de la sociedad.
Ramos Soto, Nájera y Lara Watson podrán participar en la sesiones del Pleno con voz, pero sin voto, es decir como asesores, de acuerdo a lo aprobado en la Cámara Legislativa en su sesión virtual.
En un inicio solo se había nominado a Oswaldo Ramos Soto y a Carlos Alfredo Lara Watson, pero la congresista Welsy Vásquez del Partido Nacional propuso agregar a Óscar Nájera, propuesta que fue aprobado por la Cámara integrada, en especial por los nacionalistas.
Tanto Ramos Soto y Óscar Nájera buscaban reelegirse como diputados, pero no fueron favorecidos por la voluntad popular en las pasadas elecciones generales.
“¿QUE DE GRANDE HAN HECHO?”
“¿Qué de grande han hecho por la patria y en qué han contribuido a la democracia hondureña?” preguntó el vicepresidente del Colegio de Abogados de Honduras (CAH), Tony García, en alusión al nombramiento de diputados vitalicios.
García señaló que los congresistas Lara Watson y Ramos Soto lo único que han hecho es votar a favor de la salida de la MACCIH de Honduras en 2020 y apoyar el Código Penal de la “impunidad”. “Lo único que hace el abogado Ramos Soto es hablar bonito porque no veo mayor contribución para irse con todas las prebendas”, agregó.
El dirigente de Libertad y Refundación considera tal acción como algo “inmoral” y de “falta a la ética” para luego referir que “es una falta de respeto a un país pobre en donde cuesta ganarse el dinero”.
Lamentó que se privilegie tanto a funcionarios que apenas se presentaban tres veces a la semana a trabajar en el hemiciclo Legislativo.
“Hacer a los diputados vitalicios es ir en contra de lo que el soberano determinó en noviembre de decirles no” a su participación en el sector público del país.
“Pero ahora el presidente del Congreso viene a burlar la voluntad del pueblo con su abuso de poder”, concluyó.
