El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), condenó la muerte violenta de estudiantes y demás personas en el país e instó a las autoridades a investigar estos hechos y evitar que los crímenes contra la vida se mantengan en la impunidad en más del 90% de los casos.
El ente estatal de derechos humanos condenó, este lunes, el asesinato de dos jóvenes identificados como Gerson Daniel Meza (18) y Mario Henrique Suarez (19), que fueron encontrados en el sector de “La Montañita”, luego de ser sustraídos de sus casas en la Colonia Bella Vista de Comayagüela, por personas desconocidas que se cubrían el rostro con pasamontañas
Registros estadísticos indican que entre los años 2010 y el 2016, alrededor de 1,200 estudiantes perdieron la vida en circunstancias violentas, de los cuales, el 52% eran de secundaria mientras que el 13,5% universitarios.
En el comunicado se establece que la impunidad continúa siendo un problema de país, que repercute especialmente en los más desfavorecidos, afecta la paz social y es más evidente cuanto se violenta el derecho a la vida, situación que frustra las expectativas y oportunidades de justicia y desarrollo en el país.
Se estima que más del 90% de los crímenes contra la vida quedan impunes por falta de investigación diligente, eficaz y científica y se les niega a las víctimas su derecho a conocer la verdad.
COMUNICADO
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), condena firmemente el asesinato de dos jóvenes identificados como Gerson Daniel Meza (18) y Mario Henrique Suarez (19), que fueron encontrados en el sector de “La Montañita”, luego de ser sustraídos de sus casas en la Colonia Bella Vista de Comayagüela, por personas desconocidas que se cubrían el rostro con pasamontañas.
El CONADEH lamenta profundamente la pérdida de vidas humanas y condena firmemente esos asesinatos que enlutan a la familia hondureña.
Como institución nacional de derechos humanos, y fundamentados en nuestro mandato constitucional, instamos al Estado, a través de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley, a actuar prontamente, con firmeza y debida diligencia, en la investigación, identificación, enjuiciamiento y sanción a los responsables materiales e intelectuales, y a evitar la repetición de hechos tan lamentables que constituyen vulneraciones graves a la dignidad de los habitantes.
El CONADEH investiga de oficio la lamentable muerte arbitraria de los jóvenes fallecidos, y ha iniciado las diligencias pertinentes, para que las autoridades correspondientes cumplan con las funciones de investigación de estos lamentables hechos, de forma seria y efectiva, y que la garantía de los derechos de las personas, se cumplan de forma positiva, sin discriminación alguna, protegiendo el derecho a la vida de todas y todos los habitantes.
Registros estadísticos indican, que entre los años 2010 y el 2016, alrededor de 1,200 estudiantes perdieron la vida en circunstancias violentas en Honduras; de estos, el 52% eran estudiantes de secundaria y el 13,5% estudiantes universitarios.
La impunidad continúa siendo un problema de país, que repercute especialmente en los más desfavorecidos, afecta la paz social y es más evidente cuanto se violenta el derecho a la vida, situación que frustra las expectativas y oportunidades de justicia y desarrollo en el país. Se estima que más del 90% de los crímenes contra la vida quedan impunes por falta de investigación diligente, eficaz y científica y se les niega a las víctimas su derecho a conocer la verdad.
El Estado de Honduras tiene la obligación de garantizar y respetar el derecho a la vida como un deber ineludible, igual deber de respeto tiene la sociedad, ya que es una obligación supranacional establecida en diversas convenciones internacionales sobre derechos humanos y libertades fundamentales, los cuales también involucran obligaciones impostergables para la protección de la niñez y la adolescencia, especialmente para la protección de la vida, la integridad corporal y su pleno desarrollo psicosocial.
El CONADEH manifiesta su rechazo y condena firmemente la muerte violenta de hondureñas y hondureños, y apuesta por la vida digna, libre de violencia y discriminación para las y los habitantes del país.