Estados Unidos encabezó el lunes un grupo formado por algunos de los países más influyentes del hemisferio que solicitaron la suspensión de Venezuela de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la 48va asamblea del organismo multilateral realizada esta semana en Washington.
La solicitud va a acompañada de una resolución que declara ilegítima la reelección del gobernante venezolano Nicolás Maduro en unos comicios condenados por la mayor parte de la comunidad internacional como una farsa electoral.
Los países miembros tienen previsto votar el martes sobre la resolución, que es vista como el primer paso de una serie de acciones que culminaría con la suspensión de Venezuela de la organización.
Durante la jornada del lunes, la crisis venezolana acaparó la atención de la mayoría de los cancilleres presentes, muchos de los cuales aseguraron que llegó la hora de que la OEA respalde con acciones el repudio que ha manifestando sobre el desmantelamiento de la democracia venezolana.
Se ha vuelto necesario “suspender a Venezuela de esta organización”, dijo el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, tras esbozar una larga lista de acciones emprendidas por el régimen de Maduro para desmantelar la democracia, que culminó con lo que se ha calificado de la farsa electoral del 20 de mayo..
“Esa suspensión no es un objetivo en sí mismo, pero mostraría que la OEA respalda sus palabras con acciones. Y enviaría un poderoso mensaje al régimen de Maduro: sólo elecciones verdaderas permitirían que su gobierno fuese incluido en la familia de naciones”, agregó Pompeo.
La propuesta de reactivar los mecanismos de suspensión es respaldada por Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, México y Perú.
El “Proyecto de resolución sobre la situación en Venezuela”, presentado por las misiones permanentes de estos siete países, propone aplicar los mecanismos previstos en la Carta Democrática Interamericana cuando ocurre una “alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático” de un Estado miembro.
Estados Unidos ha presionado a los países del Caribe, que llevan años haciéndose la vista gorda ante el colapso social y económico de Venezuela, para que finalmente se unan a los esfuerzos de la región por forzar al régimen de Maduro a restaurar la democracia.
Para aprobar una resolución en la OEA es necesario contar con mayoría simple, es decir, 18 votos. La OEA tiene 35 miembros, aunque sólo 34 están activos porque Cuba no participa.
En una conferencia de prensa, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, acusó a Estados Unidos de encabezar el “cartel que se ha organizado contra Venezuela” y dijo que esta resolución es una más de las cosas que hace el “sicario general de la OEA”, en alusión al secretario general Luis Almagro.
“Lo interpretamos como un acto injerencista”, dijo, y consideró esta “movida” de la OEA como una acción “desesperada”.
Arreaza también le restó importancia a los esfuerzos por suspender a Venezuela de la organización. “Esas pretensiones, que si expulsión o suspensión, por favor […] Nosotros ya nos fuimos”, aseveró el canciller de Maduro ante periodistas, recordando que el régimen ya había iniciado los trámites para retirar al país petrolero de la organización.
Durante la sesión con los cancilleres, insistió: “No nos importa si Estados Unidos reconoce o no reconoce, o si cualquier gobierno que esté aquí sentado reconoce o no reconoce”.
Sin embargo, Arreaza pasó gran parte del día pidiendo la palabra durante la sesión para responder a las frecuentes acusaciones de que el régimen ha destruido la democracia, aseverando que su país es víctima de una conspiración internacional orquestada desde Washington.
“Estados Unidos ha aplicado no sólo sanciones económicas, no sólo contra individuos, eso es lo de menos, a nuestra economía, a nuestros bonos, a la capacidad de transar. Hoy se nos dificulta comprar alimentos, comprar medicinas por los Estados Unidos y por algunos de los gobiernos que aquí están, y que se han sumado también, o son parte de esta empresa, de esta corporación, cuyo jefe es el presidente Donald Trump”.
Y al hablar sobre las elecciones del 20 de mayo, el canciller dijo que los venezolanos participaron de “una manera sorprendente” en los comicios, dándole a Maduro una masiva victoria con el 68 por ciento del apoyo popular.
Anuncios como esos, no obstante, contrastan con las abundantes imágenes de centros de votación vacíos que fueron divulgadas durante todo el día por las agencias internacionales de noticias.
Según la encuestadora Meganalisis, firma que realizó un sondeo a boca de urna el día de las elecciones, el número real de electores no superó los 3.6 millones, lo que representa 18 por ciento de los 20.5 millones de votantes inscritos.
Las frecuentes críticas emitidas por Arreaza, con recurrentes acusaciones de los países presentes de convertirse en lacayos de los intereses estadounidenses, fueron ignoradas durante la mayor parte del día hasta poco antes de que culminara la jornada del lunes.
Respondiendo a las descorteses palabras pronunciadas por Arreaza contra el gobierno chileno, el canciller de ese país, Roberto Ampuero Espinoza, finalmente respondió a los sostenidos ataques describiendo a Arreaza, como la perfecta ilustración de lo que ocurre en Venezuela.
“Es muy interesante escuchar al canciller de Venezuela […] se refiere al secretario general de la OEA como sicario, se refiere a la OEA como un circo, habla de los que están aquí [como empleados] que están recibiendo una orden que alguien imparte, y no considera ni cree por un minuto que las personas tienen dignidad y convicciones democráticas por las cuales se mueven”, dijo Ampuero en reacción a las constantes interrupciones del canciller venezolano durante el encuentro.
“Habla de que esto es un ministerio de colonias, mostrando irrespeto total con los aquí presentes, habla de que somos indignos por estar acá […] Si esta es la forma en que el canciller Arreaza trata a personas que son diplomáticas que representan a otros gobiernos, imagínense ustedes como trata a los venezolanos que están bajo su poder, […] que están en su país sufriendo el hambre y la penuria, y además la represión de Venezuela”, manifestó.
El canciller chileno añadió que las palabras de Arreaza han sido muy útiles para dejar al descubierto el rostro dictatorial del régimen que representa.
“Si alguien en esta sala tuvo en algún momento la duda de que en el caso de Venezuela existe un gobierno dictatorial, autoritario o demócrata, yo creo que ha quedado resuelto”, agregó.