Los cancilleres y representantes de los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) debieron suspender sin acuerdos una reunión convocada para discutir la crisis en Venezuela, y negociarán ahora la fecha para un nuevo encuentro.
A medida que la situación en Venezuela se deteriora, con un saldo de 60 muertos en dos meses de protestas contra el presidente Nicolás Maduro y mayores privaciones económicas para su población, la OEA no fue capaz de superar las divisiones internas sobre si tiene -y cuál es- un rol para encontrar caminos que saquen al país caribeño de la crisis.
Mientras los cancilleres y representantes pronunciaban discursos en el salón principal en la sede de la OEA, equipos diplomáticos realizaron durante toda la tarde intensas negociaciones a puerta cerrada para alcanzar algún tipo de consenso, pero el fracaso fue inevitable.
En esta reunión se encontraban sobre la mesa dos declaraciones con tonos disímiles: una presentada por el bloque de países del Caribe, el CARICOM, y otra lanzada por Perú, Canadá, Estados Unidos, México y Panamá.
Pero mientras que la del Caricom era moderada, el otro texto incluía varias exigencias al gobierno venezolano, incluyendo la liberación de líderes opositores presos, fijación de un calendario electoral y el cese del llamado a una Asamblea Constituyente.
Como el reglamento aprobado para esta reunión exigía un mínimo de 23 votos para aprobar una Declaración (con 34 delegaciones acreditadas, incluyendo a Venezuela), rápidamente quedó claro que no sería posible adoptar un documento que no fuera consensuado.
– “Construir una ruta” –
“Hemos acordado construir una ruta, construir consenso. Lo que hemos acordado es que nos vamos a poner de acuerdo”, explicó el canciller de México, Luis Videgaray, luego de finalizada la reunión, hablando a título de los 18 países que apoyaban el proyecto de Declaración más duro.
De acuerdo con el jefe de la diplomacia mexicana, “el plazo que tenemos es muy claro: que lleguemos a un consenso antes de la Asamblea General” de la OEA a realizarse en Cancún del 19 al 21 de junio.
Tras un año de deliberaciones sobre la situación venezolana, el organismo continental no logró superar las fracturas.
Precisamente la decisión del Consejo Permanente de la OEA de convocar a la reunión de consultas motivó la decisión de Venezuela de iniciar formalmente su salida de la entidad continental, un proceso que tardará dos años en completarse.
En la apertura de los trabajos, la delegación de Nicaragua expresó su “más firme rechazo y enérgica condena” por el gesto “inamistoso” de la OEA de realizar una sesión de consultas sobre la situación en Venezuela sin el consentimiento de ese país.
Del lado contrario, varios gobiernos subrayaron la necesidad de que el continente encuentre mecanismos para una negociación entre el gobierno y la oposición, alertando sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela y la decisión de Caracas de iniciar su salida de la OEA.
– Divisiones en evidencia –
“La comunidad internacional tiene la responsabilidad de actuar para que las partes logren restablecer la confianza y así poder desarrollar un nuevo proceso de negociación”, había dicho Videgaray.
Por su parte, Aloysio Nunes Ferreira Filho, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, pidió que “haya elecciones libres con calendario”.
Ya en esa fase de la reunión, la ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, había dejado abierta la posibilidad de que el asunto se retome durante la Asamblea General en Cancún.
En tanto, un centenar de venezolanos se agolparon bajo un inclemente sol afuera de la sede de la OEA en Washington para expresar su rechazo al gobierno de su país, al que calificaron a gritos de “dictadura”, mientras un puñado de personas vociferaban justo detrás consignas a favor de Maduro.
Patricia, una joven que no quiso dar su apellido por temor a represalias contra sus familiares en Venezuela, exhortó a los países aliados de Maduro a que “dejen de hablar a favor de una dictadura que mata a los jóvenes, no solo en las protestas sino por hambre”.
Fuente: AFP