Nicaragua se paralizó este jueves con un paro convocado por la oposición para exigir el cese de la represión y la salida del presidente Daniel Ortega, en medio de nuevos ataques contra manifestantes en varias ciudades que aumentaron a 162 el número de muertos en casi dos meses de protestas.
En la jornada, cuatro personas fallecieron en ataques armados de paramilitares y agrupaciones progubernamentales contra las barricadas de manifestantes en León y Nagarote (noroeste), Managua, y Masatepe (sur), indicó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
“Ortega continúa con su política criminal contra el pueblo de Nicaragua porque no quiere dejar el poder, pese a que el pueblo le dice que se vaya”, declaró a la AFP Azhalea Solís, representante de la alianza opositora.
El paro fue casi general en Managua y en departamentos como Masaya, Granada (sur), Matagalpa, Estelí, Nueva Segovia (norte), León y Río San Juan (sudeste).
En las calles hubo poco tráfico, los comercios y empresas privadas no trabajaron, mientras que las oficinas públicas cerraron temprano.
“Fue una actividad cívica de resistencia frente a la represión del gobierno”, dijo Solís, quien calificó el paro como un éxito.
El paro de 24 horas fue convocado el martes por la opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que agrupa a empresarios, estudiantes y sectores de la sociedad civil, como una forma de presionar al gobierno a detener los violentos ataques contra manifestantes y pobladores, a manos de fuerzas antichoques y “turbas” afines al gobierno.