Cuando se cumplen dos meses del inicio de las protestas en Nicaragua contra del Gobierno del presidente Daniel Ortega, la violencia se recrudece. Desde que comenzó la ola de protestas y la represión el pasado 18 de abril el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) ha registrado al menos 178 muertos y más de 1.000 heridos.
Organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han alertado de posibles ejecuciones extrajudiciales y han instado al Gobierno de Ortega a cesar la represión contra los manifestantes. La Iglesia católica está mediando en un diálogo para encontrar una salida pacífica a la crisis política. Mientras, los nicaragüenses siguen saliendo a las calles para pedir el fin de la violencia y una nueva etapa en el país. Estos son algunos de los hitos:
18 de abril. Protesta y represión
Las protestas comenzaron después del anuncio de una reforma del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), impuesta por decreto por el presidente Ortega, que aumentaba las contribuciones de trabajadores y empresarios e imponía una retención del 5% a los jubilados. La institución estaba al borde de la quiebra por mala gestión. Esta imposición fue el detonante de un descontento que se ha ido fraguando después de 11 años del presidente sandinista que ha gobernado Nicaragua a golpe de decretos, con un férreo control del Ejército y la Policía, y ayudado por el derroche de la cooperación venezolana, como explica el periodista de EL PAÍS Carlos Salinas.
Grupos de jubilados, empresarios y universitarios que salieron a protestar contra el paquete reformista fueron amedrentados por miembros de la Juventud Sandinista, simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación (FSNL) y grupos de desconocidos en moto —algunos con camisetas con logos gubernamentales— atacaron a los civiles. Ocho personas resultaron heridas, incluidos varios periodistas.
19 de abril. Primeros muertos
La protesta se generaliza y se extiende a otras ciudades. Hay cacerolazos y los estudiantes mantienen sus reivindicaciones en las principales universidades de Managua y León (oeste). Los antimotines reprimen a los estudiantes, mueren tres personas, dos estudiantes y un policía. Darwin Manuel Urbina, Hilton Rafael Manzanarez (policía), Richard Edmundo Pavón. Ortega ordena el cierre de las dos principales cadenas de televisión independientes y un canal de la Conferencia Episcopal.
Los empresarios piden diálogo.
Ortega, de 72 años, participó en la revolución sandinista que acabó con el régimen del dictador Anastasio Somoza. El mandatario fue presidente entre 1979 y 1990 y volvió al poder en 2007. Desde entonces, la población de acusa de haberse alejado del espíritu aquella revolución y haber forjado un gobierno clientelar en el que su esposa, Rosario Murillo, ejerce la vicepresidencia.
20 de abril. Continúa la represión
Continúa la represión contra manifestantes por parte de los antimotines y grupos de simpatizantes del Gobierno motorizados. Se abren centros de acopio y se crean brigadas médicas de apoyo. Francotiradores ubicados en el Estadio Nacional, disparan contra los jóvenes que se refugiaban o apoyaban a los estudiantes desde la catedral de Managua. Es asesinado Álvaro Conrado, de 15 años. La Iglesia católica intenta mediar. La Catedral Metropolitana es atacada por antimotines y más de 500 personas quedan atrapadas. Un grupo de Estudiantes se refugia en la Universidad Politécnica.
21 de abril. Abajo los ‘árboles de la vida’
En Managua los manifestantes derriban la primera estructura de los “Árboles de la Vida”, un acto simbólico de rebelión contra el Gobierno. La vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del presidente Ortega, ordenó instalar esas figuras en 2013 como alegoría mística, que costaron más de dos millones de dólares. (Murillo es promotora de una rara doctrina que mezcla catolicismo, misticismo, símbolos prehispánicos y sandinismo).
Las protestas contra la reforma de INSS derivan en una proclama exigiendo la renuncia de la pareja presidencial. Ortega –que no había dado la cara durante la crisis– comparece acompañado por el jefe del Ejército, Julio César Avilés, y dice que negociará sólo con los empresarios una nueva reforma del INSS.
22 de abril. Ortega da marcha atrás
El presidente anuncia la retirada de la reforma de la Seguridad Social, que en menos de una semana ha provocado una treintena de muertos en los enfrentamientos con las autoridades. Se recrudecen los choques y Ortega ordena el despliegue del Ejército en ciudades clave del país, incluida la capital. El periodista Miguel Ángel Gahona murió mientras filmaba las protestas.
El escritor nicaragüense recibe el premio Cervantes, que dedica a “los nigaragüenses asesinados estos días por reclamar justicia”, dijo ante el rey de España. Durante su estancia en Madrid participó en una concentración en la Puerta del Sol en una jornada de solidaridad con sus compatriotas, a la que acudió acompañado de la también escritora nicaragüense Gioconda Belli. Su presencia resulta de singular importancia. Ramírez fue vicepresidente con Ortega en su primera fase de Gobierno hasta que fue derrotado en las urnas en 1990. La deriva del autoritarismo de Ortega ha hecho que muchos de sus antiguos aliados se hayan convertido en críticos con su Gobierno, aunque aseguran mantener el espíritu sandinista.
24 de abril. Estudiantes liberados
Los campesinos convocan un paro nacional hasta que se cumplan las peticiones de los estudiantes atrincherados en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), que exigen la liberación de sus compañeros. Ese día 120 estudiantes que habían sido llevados a la prisión La Modelo son liberados y denuncian torturas.
27 de abril. Comisión de la verdad
Después de varios días de protestas ininterrumpidas, el Gobierno anuncia la creación de una comisión de la verdad, calificada como una “farsa” por el director para las américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco. El chileno denunció que el 6 de mayo, una junta de siete legisladores —de los cuales cinco pertenecen al partido de Ortega— eligieron a los cinco miembros que integrarían la comisión. Ese mismo día, el bloque mayoritario de Ortega en el Congreso ratificó su designación.
1 de mayo. Baño de masas
El mandatario sandinista, arropado por sus seguidores, no reconoce la violencia del Gobierno desatada contra miles de nicaragüenses que piden el fin de su régimen y acusa a los manifestantes de “incitar a la violencia”. Los enfrentamientos ya dejan un balance de 43 muertos.
5 de mayo. Movimiento estudiantil
Se crea la coalición Universitaria, formada por los cinco movimientos estudiantiles más representativos: Movimiento Universitario 19 de Abril, Movimiento Estudiantil 19 de Abril, Alianza Universitaria Nicaragüense, Movimiento Universitario 19 de Abril UNA, Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia. Continúan las manifestaciones en las ciudades de Managua, Chinandega, León y Estelí. Los obispos de Nicaragua exigen “esclarecer a fondo” las muertes en las protestas estudiantiles.
17 de mayo. Visita de la CIDH
Un grupo de representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llega a Nicaragua para observar la situación y recoger las denuncias de la población civil. Al final de su estancia publican un informe en el que confirma 76 muertos, 868 heridos y 438 personas detenidas arbitrariamente. Recomienda crear un mecanismo de investigación internacional, independiente, para esclarecer los hechos de abril. Se crea el “Grupo de Apoyo de Madres de Abril”.
18 de mayo. Diálogo nacional
Primera jornada del diálogo nacional, hay una tregua de 72 horas que no se respeta y los estudiantes son agredidos en la Universidad Agraria. Después de varias jornadas, las conversaciones quedan suspendidas al no detenerse la violencia y la represión.
30 de mayo. “Madre de todas las marchas”
Con motivo del día de la madre en Nicaragua convocan una gran marcha que arranca en la Carretera a Masaya y acaba en Universidad Centroamericana pidiendo la salida de Ortega. Hubo al menos 15 muertos y decenas de heridos. Las madres de las víctimas de la represión portaban las imágenes de sus hijos asesinados. La patronal rompe con Ortega y pide su salida. El presidente responde: “Nicaragua nos pertenece a todos y aquí nos quedamos todos”.
12 de junio. Propuesta de EE UU
En un sorpresivo movimiento, Ortega ofreció a Estados Unidos una propuesta para adelantar las elecciones, como una salida a la crisis política. Así se lo transmitieron el fin de semana la embajadora estadounidense en Managua, Laura Dogu y Caleb McCarry, delegado del Comité de Relaciones Exteriores del Senado enviado a Managua, a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y la Alianza que participan en el Diálogo Nacional para solucionar la crisis.
13 de junio. Pulso a Ortega
La patronal de Nicaragua convoca una huelga nacional para presionar a Ortega. Exige al mandatario que cese la represión y acepte negociar su salida pacífica de la crisis y pide una agenda de “democratización” y su renuncia y adelanto de las elecciones. Calculan que la crisis ha causado pérdidas de 600 millones de dólares al país.
15 de junio. Vuelta al diálogo
La Conferencia Episcopal de Nicaragua anuncia la reanudación de las conversaciones. El gobierno y la oposición acuerdan invitar a observadores internacionales de derechos humanos para investigar las muertes violentas. Al día siguiente, avanzan agenda de democratización del país, que incluye la propuesta de adelantar las elecciones presidenciales de 2021 a marzo de 2019.
17 de junio. La violencia continúa
Horas después de que se firmen los primeros acuerdos, seis miembros una familia –incluidos dos niños- murieron calcinados en un ataque a su vivienda. Los testigos aseguran que el ataque lo cometieron grupos “parapoliciales” del Gobierno. “Este crimen revela un escalamiento de la brutal represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, denunció el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH). La organización lamenta que en estos 60 días otros 12 menores han sido asesinados.
18 de junio. Comisión internacional
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, plantea que la situación en Nicaragua “bien podría merecer” la creación de una investigación internacional.