TEGUCIGALPA. El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, durante la homilía celebrada este domingo en la iglesia catedral metropolitana San Migue Arcángel de Tegucigalpa, expresó que las familias sean verdaderamente escuelas de paz, amor, gratitud y perdón.
El purpurado también dijo que en el núcleo de la sociedad es donde el ser humano debe aprender a nacer de nuevo a la luz de Jesús, que es el camino, la verdad y el pan vivo.
“El Hijo de Dios es quien sustenta la vida y en su sacrificio es consumado el todo del hombre”, exclamó el cardenal ante los fieles que esta mañana.
Sobre la migración
Asimismo el jerarca de la Iglesia Católica enfatizó “el mundo carece de vida por el hambre, por la violencia y por las políticas injustas respecto a los migrantes”.
También pidió a los hondureños que destierren la aspereza, el maltrato, el trato burdo, la ira, la indignación, los insultos, la maleficencia y la maldad y privilegiar el diálogo.
“En nuestra sociedad es muy fácil pasar ignorando a Dios, no haciéndole caso, no teniéndole en cuenta en nuestras vidas, sin embargo, sin Dios en el corazón estamos como perdidos, si Dios desaparece de nuestro horizonte, la vida humana desaparece, nos volvemos inhumanos, Dios es aquel que motivó nuestra existencia por eso existimos y que nos sigue motivando”, enfatizó el prelado.
Añadió que sin Dios se está como en el vacío; “la necesidad compulsiva del consumo desenfrenado para ahogar sin éxito la angustia y el sin sentido de muchas vidas, sin Dios no sabemos ni de dónde venimos ni hacia dónde vamos, no encontramos sentido para la vida”.