Nikki Haley fue rotunda el miércoles en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. “Cuando fracasamos al actuar de forma colectiva, llega un momento en el que los países debemos hacer algo”, advirtió la embajadora de Estados Unidos ante la negativa de Rusia de aceptar una resolución condenando el último ataque con armas químicas en Siria.
Este jueves por la noche, la diplomática abandonaba corriendo la sede del organismo tras fracasar el último intento para sacar adelante la resolución redactada con Francia y Reino Unido.Era el preludio de algo mayor. La intervención militar directa contra objetivos del régimen en Siria se conoció cuando no había pasado una hora de concluir la segunda ronda de negociaciones para consensuar la resolución. La amenaza de la administración de Donald Trump estaba clara. Vladimir Safronkov, el embajador ruso ante la ONU, advirtió de que cualquier acción en este sentido tendría “consecuencias negativas” y “trágicas”. “He sido muy franco”, insistió al salir de la reunión.
Safronkov ya acusó el miércoles a las potencias occidentales de “estar tratando de sembrar la discordia” con sus maniobras y calificó la propuesta de resolución de “provocación”. También dijo que la única intención que tienen Washington, Londres y París es la de cambiar el régimen. “Está obsesión no hace más que obstaculizar el trabajo del Consejo de Seguridad”, afirmó, antes de someter un texto alternativo de resolución pidiendo una investigación del incidente.
“Mirar lo que pasa en Irak, mirar lo que pasa en Libia”, dijo el embajador ruso refiriéndose a las intervenciones militares más recientes llevadas a cabo por occidente. El encuentro de este jueves del Consejo de Seguridad acabó si nada concreto después de casi dos horas de reunión. En total había tres resoluciones en consideración. La intención era poder llegar a un compromiso este viernes. Pero a la vista del desenlace de esta noche, no está claro que sea posible.
Rusia vetó siete resoluciones sobre Siria. China le apoyó en cinco ocasiones. EE UU, por su parte, no estaba mostrando flexibilidad alguna en la negociación. Nikki Halley, que este mes ejerce de presidenta del Consejo de Seguridad, llegó a poner en cuestión durante el debate del miércoles que Rusia esté interesada en lograr la paz en Siria. El embajador francés, Francois Delattre, añadió que la inacción y el inmovilismo no pueden ser la opción ante esta masacre.
El representante diplomático de Reino Unido, Matthew Rycroft, claramente impaciente con la situación, acusó por su parte directamente a Rusia y a China de ser los responsables de esta situación dramática en Siria. “Estamos viendo las trágicas consecuencias del veto”, indicó, haciendo un llamamiento a las dos delegaciones para que se sumaran a su iniciativa. “El régimen de Assad os está humillando frente al mundo”, afirmó, “defender lo indefendible crea dolor”.
La acción militar unilateral de EE UU vuelve a poner en evidencia profunda la división y la incapacidad de la comunicad internacional para llegar a un acuerdo que permita poner fin a un conflicto que dura ya siete años. Las prioridades de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que tienen poder de veto, dividen en este momento más que unen. Eso convierte al final al órgano que vela por la paz y las seguridad en un peón en el tablero de la guerra.
Fuente: El País.