Así lo establece la Declaración de Tegucigalpa, adoptada por consenso al cierre de la IX Cumbre de la CELAC, que reunió a 11 jefas y jefes de Estado y a representantes de 30 de los 33 países miembros del bloque. La anfitriona, la presidenta Xiomara Castro, recibió el reconocimiento del pleno por el papel desempeñado por Honduras durante su Presidencia Pro Témpore (PPT) en 2024.
Entre los principales acuerdos, los líderes reafirmaron la plena vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, a 11 años de su firma en La Habana. En ella se ratifican principios esenciales como la no injerencia, el respeto al Derecho Internacional, la autodeterminación de los pueblos y la cooperación multilateral como vía para resolver conflictos.
En un contexto donde diversas naciones enfrentan sanciones y medidas restrictivas unilaterales, los países de CELAC manifestaron su rechazo rotundo a esas prácticas, calificándolas como contrarias al Derecho Internacional y perjudiciales para el comercio y el desarrollo de los pueblos.
Uno de los puntos más destacados fue el llamado unánime a que América Latina y el Caribe obtenga mayor representación en la Organización de las Naciones Unidas, incluyendo la histórica aspiración de que una persona de la región —idealmente una mujer— ocupe la Secretaría General. De los nueve secretarios generales que ha tenido la ONU, sólo uno ha sido latinoamericano.
En materia de integración, la CELAC reconoció los avances impulsados por Honduras en diversas áreas durante su PPT, como la seguridad alimentaria, la educación, la energía, la cooperación financiera, el cambio climático, el empoderamiento de las mujeres y la movilidad humana.
Además, se acordó fortalecer el rol del bloque en los foros multilaterales, presentando intervenciones conjuntas sobre temas de interés común, como una estrategia para amplificar su incidencia global.
La cumbre también sirvió para entregar oficialmente la Presidencia Pro Témpore a Colombia, que liderará el mecanismo durante el periodo 2025-2026. Su agenda priorizará la transición energética, la autosuficiencia sanitaria, el medio ambiente, la conectividad regional, la innovación tecnológica, el comercio, los pueblos indígenas y afrodescendientes, y la lucha contra la delincuencia organizada.
Finalmente, los jefes de Estado y representantes reafirmaron su compromiso con la estabilidad de Haití, expresando su voluntad de contribuir activamente, según las capacidades de cada país, a generar condiciones de seguridad y desarrollo sostenible en ese país hermano, de la mano con la comunidad internacional.
La CELAC, con esta cumbre, reafirma su papel como un bloque que no solo busca integración política, sino también una voz soberana y colectiva que promueva un modelo regional basado en la paz, la equidad y el respeto entre las naciones.