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El jurado delibera el veredicto a favor o en contra del expresidente, Juan Orlando Hernández, quien este jueves podría ser declarado culpable o no culpable de los delitos de conspiración para introducir droga a los Estados Unidos (EE. UU.) y posesión y tráfico de armas.
Tras las conclusiones de la defensa y la fiscalía, el juez, Kevin Castel, instruyó a los 12 miembros para que prepararen su decisión. No hay tiempo estimado para que ellos se pronuncien, pero es probable que hoy lo haga a partir de las 9:00 de la mañana, hora de Nueva York. Un poco más que las otras audiencias, decenas de hondureños, algunos viajando de otros estados, abarrotaron la sala pensando que el veredicto se conocería ayer.
Hernández se enfrenta a tres cargos. El primero por conspirar para introducir cocaína a los Estados Unidos. Los otros dos son por posesión y tráfico de armas. La pena podría ser cadena perpetua más 30 años o de 10 a 30 años aunque esa sentencia corre por cuenta del juez, que, normalmente, la dicta en una fecha posterior.
Por los momentos, la suerte del exhombre fuerte, que gobernó por ocho años el país, queda en manos de 12 personas comunes y desconocidas de Nueva York que dirán si es o no culpable.
Con uno que disienta, el juicio se repite o el juez tiene la potestad de absolver al imputado, según explicaron los expertos.
ÚLTIMO INTERROGATORIO
El día 12 del juicio arrancó con el expresidente en el banquillo en la continuación del interrogatorio que la fiscalía comenzó el día anterior.
El fiscal nuevamente intentó acorralar al político con repreguntas sobre las andanzas de su hermano, “Tony”, en el narcotráfico y la protección, a cambio de sobornos de dinero, que les brindó a los capos del cartel de los Valle, Valle, Los Cachiros, Alexander Ardón, Fabio Lobo, a Juan Carlos “El Tigre Bonilla” y a su propio hermano, “Tony”.
JOH, menos dubitativo que el día anterior, cuando contestó algunas veces con “es probable” o “no recuerdo”, negó sus nexos con su hermano en asuntos de narcotráfico y aseguró que le aconsejó que se entregara a la DEA para esclarecer las denuncias sin saber que era narcotraficante.
Sobre los otros personajes aseguró que son mentirosos profesionales y que no recibió dinero de ellos.
Tras este interrogatorio, el juez ordenó un receso y al regreso permitió a las partes sus conclusiones finales. Primero comenzó la fiscalía, después la defensa y después la fiscalía tuvo una segunda oportunidad para refutar. Este criterio del juez ha sido cuestionado porque no ha sido justo con los tiempos. Igualmente, se le ha criticado las constantes objeciones que le aceptó a la fiscalía, más de 70 durante el juicio. Tampoco le permitió a la defensa presentar a dos testigos más y mantuvo a raya a los abogados del expresidente cada vez que se salían del caso.
En sus conclusiones, la fiscalía se fue directamente al jurado y le dijo que el exgobernante no persiguió al crimen y fue duro, pero con sus enemigos y consintió a todos los mafiosos a cambio de mantenerse en el poder. Y como prueba, citó que no ejecutó las órdenes de extradición contra “El Tigre” Bonilla y Mario Cálix durante su segundo mandato. En resumen, dijo, JOH es un narcotraficante más, con la diferencia que es político. Por lo tanto, agregó, “es hora que emitas un veredicto de culpabilidad”.
