Los asesinos de Javier Valdez obligaron al periodista a arrollidarse antes de morir. El fundador de Ríodoce fue bajado de su vehículo el lunes, un Toyota Corolla, por dos hombres encapuchados que le cerraron el paso en un coche color blanco. Los sicarios hablaron con la víctima “un minuto o dos”, según testimonios incluidos en la investigación de la Fiscalía de Sinaloa y recogidos por el diario La Jornada. Esa fue la última imagen de uno de los mejores cronistas del narcotráfico en México. De rodillas, con las manos sobre los muslos y un sombrero en la cabeza. Valdez recibió después 12 balazos.
En Culiacán, la capital de Sinaloa, y el escenario del crimen de Valdez, solo funciona el 9% de las cámaras de videovigilancia. El Gobierno local no ha dado mantenimiento a los equipos en más de un año. Según las autoridades de la Fiscalía, eso ha hecho más difícil tener información sobre los sospechosos del crimen. No existe una sola imagen de los sicarios ni la ruta que usaron para escapar. La policía encontró el coche blanco abandonado unas cuadras más adelante del escenario del asesinato.
Funcionarios que conocen la investigación detallaron a La Jornada, uno de los diarios que empleaban a Valdez, que el periodista llegó a Ríodoce el lunes a las nueve de la mañana. La dirección del diario especializado en información local y crimen organizado se reúne todos los lunes para analizar los temas que se desarrollarán en la semana. Valdez estuvo presente en la reunión junto al director, Ismael Bojórquez. La junta terminó tras dos horas y Bojórquez salió del diario. Valdez se quedó tecleando una historia sobre protestas magisteriales en Culiacán para La Jornada.
Valdez dejó el periódico al mediodía. Se subió a su Corolla rojo y avanzó dos calles y giró a la izquierda, una calle más allá giró otra vez. Sobre esa calle, Epitacio Osuna, se encuentra uno de los pocos negocios que tienen cámaras de vigilancia operativas. Pero el automóvil avanzó 100 metros más hasta que un coche blanco le cerró el paso.
Los periodistas sinaloenses, dolidos por la muerte de uno de sus colegas más afamados, están dando una batalla ante la Fiscalía. Este viernes, un grupo de reporteros se reunió con el fiscal del estado, Juan José Ríos, y Ricardo Sánchez Pérez, el fiscal de la PGR para delitos contra la libertad de expresión. Los periodistas exigen que se haga pública la investigación sobre el homicidio de Valdez para evitar que el crimen quede impune. Las autoridades pidieron confianza en su trabajo y evitaron dar una respuesta definitiva a la petición.
Fuente: EL País.