Andrés Iniesta fue el último de los tres futbolistas históricos en despedirse en esta semana, junto con Gianluigi Buffon (Juventus) y Fernando Torres (Atlético de Madrid). Tres clubes históricos perdieron a jugadores que son auténticas leyendas, y el destino quiso que el último partido de cada uno de ellos fuera delante de sus hinchas.
El rival para la despedida de Iniesta fue Real Sociedad, por la última fecha de la Liga de España. Barcelona, campeón desde hace varias semanas, se impuso 1-0 con un golazo de Philippe Coutinho, pero la atención no estuvo puesta en el resultado, sino en el capitán. El brazo izquierdo del volante lució por última vez la cinta y a los 80 minutos, durante su cambio por Paco Alcácer, se la entregó a Lionel Messi, su sucesor. El número 8 dejó la cancha con los ojos vidriosos, se abrazó son sus compañeros y disfrutó de la ovación de pie y el coro de los fanáticos.
A los 34, Iniesta deja atrás Barcelona, club al que llegó cuando tenía 12 años, con un palmar´s de 32 títulos, entre ellos nueve Ligas españolas, seis Copas del Rey, cuatro Champions League y tres Mundiales de Clubes. Por su juego simple, elegante y todos sus logros, la hinchada le expresó su cariño y sus mensajes de agradecimiento eterno con un mosaico armado en las tribunas “Infinit Iniesta” y un aplauso eterno para guardar en su corazón.
“Este club se merece todo lo mejor de mí y entiendo que en el futuro más cercano no se lo podría dar a nivel físico ni mental”, había asegurado a finales de abril entre lágrimas un Iniesta que también es campeón del mundo y de Europa con la selección española.
Última actuación con los blaugranas
Luego de una vida con acento catalán, el oficinista de sonrisa tímida y de clase universal, tuvo su última actuación con los colores blaugranas, su encuentro final junto a sus amigos de siempre y con Leo Messi como escolta ideal. “Cuando estás afuera sabes lo que significa para este club, y cuando estás dentro lo tocas con los dedos. No hay que caer en el error de buscar una réplica de Andrés, porque no la vamos a conseguir”, contó Ernesto Valverde, que lo define a la perfección.
Todavía se desconoce su futuro, aunque él ya dejó claro que no jugará en Europa. China y Japón aparecen como los destinos más probables de un jugador con la extraña cualidad de enamorar con su fútbol a todas las aficiones rivales.
Nadie en el Camp Nou olvidará sus filigranas, su elegancia y su saber estar en la cancha.
Vía: La Nación