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Un total de 98.516 hectáreas de bosques y vegetación se han visto afectadas por los incendios forestales que han azotado a Honduras en lo que va de 2022, indicó este lunes el Instituto de Conservación Forestal (ICF) evidenciando su incompetencia en conjunto con los Batallones Verdes de Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA) de las cuales no se sabe nada.
El país centroamericano, bajo la gestión de la presidenta Xiomara Castro es uno de los más vulnerables a los fenómenos naturales, registra desde enero 1.203 incendios forestales, según un informe del mismo organismo forestal.
El 53 % de las llamas se registraron en áreas privadas, afectando 55.756 hectáreas, lo que supone el 56,6 % del total del área destruida por el fuego en todo el país, añade.
El departamento de Gracias a Dios, fronterizo con Nicaragua, es el que más bosques ha perdido este año, mientras que el que más incendios registra es Francisco Morazán, donde se localiza Tegucigalpa, la capital, en el centro del país.
Gracias a Dios sumó 21.172 hectáreas afectadas por 133 incendios, mientras que Francisco Morazán registró 193 quemas que afectaron 6.371 hectáreas, señala el informe del ICF.
De los 1.203 incendios, 179 ocurrieron en microcuencas y otros 126 en áreas protegidas de Honduras, que tiene una extensión de 112.492 kilómetros cuadrados.
En el combate de los incendios trabajaron unas 19.963 personas, entre personal del ICF, Fuerzas Armadas y otras instancias.
El informe del Instituto de Conservación Forestal destaca que este año el mes de abril es el que más incendios ha registrado, al menos 537, que quemaron 45.401 hectáreas.
Honduras pierde cada año entre 60.000 y 65.000 hectáreas de bosque por la tala ilegal y los incendios forestales, según fuentes ambientalistas públicas y privadas.
Más del 90 % de los incendios, según las autoridades hondureñas, son causados por el hombre, porque todavía no ha sabido controlar el fuego y lo está llevando a las montañas.
De acuerdo a organizaciones medioambientales, muchos campesinos utilizan la quema para limpiar predios para cultivos, pero muchas veces no la pueden controlar y por eso se desatan los incendios forestales.
