Honduras, un país cuya economía depende en gran medida de las remesas enviadas por sus ciudadanos en el extranjero, enfrenta una fecha crucial: el próximo 4 de mayo, Estados Unidos anunciará si extiende o cancela el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los hondureños.
El vicecanciller de Asuntos Migratorios, Antonio García, informó que actualmente se realiza un “lobbying” intenso ante autoridades estadounidenses, buscando que este beneficio migratorio sea renovado. “Estamos trabajando silenciosamente con ellos, pidiendo, abogando por una extensión y contando los días para el 4 de mayo, con la esperanza que sea renovado, aunque reconocemos que es una decisión muy de ellos”, explicó García.
De acuerdo con el funcionario, lograr la extensión sería no solo un alivio para miles de familias hondureñas, sino también un gesto que reflejaría las buenas relaciones entre ambos países. “El 4 de mayo la administración Trump tendrá que anunciar qué decide con Honduras, si extiende el TPS o si lo cancela, como ya lo hizo con Nicaragua, Sudán del Sur y Nepal, o si lo renueva como sucedió en su momento con El Salvador”, indicó.
La importancia del TPS para Honduras
Actualmente, las remesas representan alrededor del 28 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras, sosteniendo a millones de hogares en el país. Una cancelación del TPS pondría en riesgo no solo a quienes se encuentran protegidos bajo este estatus en Estados Unidos, sino también a miles de familias en Honduras que dependen de ese ingreso para sobrevivir.
El Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) fue creado por el Congreso de Estados Unidos en 1990 como una medida humanitaria para ofrecer protección migratoria temporal a personas cuyos países enfrentan conflictos armados, desastres naturales u otras condiciones extraordinarias.
Honduras recibió el TPS tras el paso del devastador huracán Mitch en 1998, que dejó al país en ruinas. Desde entonces, miles de hondureños han renovado periódicamente su permiso para permanecer y trabajar legalmente en Estados Unidos. Sin embargo, las recientes políticas migratorias más restrictivas han puesto en incertidumbre su futuro.
Una decisión que impactará generaciones
La decisión del 4 de mayo no solo afectará a quienes viven en Estados Unidos, sino a toda Honduras. En un contexto donde la migración se ha convertido en un motor económico vital, el futuro del TPS representa una cuestión de supervivencia para miles de familias y un desafío para la estabilidad económica del país.