La Fuerza Aérea Hondureña (FAH) confirmó que destinará sus cuatro aviones de combate Northrop F-5E/F Tiger II recientemente reparados a la Base Aérea Coronel Héctor Caraccioli Moncada, ubicada en el Aeropuerto Internacional de La Ceiba, costa del atlántico hondureño.
Estas aeronaves han vuelto a su función de interdicción aérea después de que Honduras aplicara una ley especial para regular la función sin aplicar fuerza letal, es decir, sin derribar aeronaves sospechosas de narcotráfico u otros ilícitos.
El Gobierno de los Estados Unidos avaló que fueran remozados y apoyó dicha reparación.
Sin embargo, por ser parte de la defensa nacional del país centroamericano, al menos uno de los cuatro equipos devueltos al servicio activo de la FAH, ha sido artillado.
Con los cazas F-5E/F, Honduras ha recuperado el poderío aéreo militar en la región después de concretar la repotenciación de al menos cuatro de esos aviones caza, de una flota original de 12 aeronaves adquiridas (10 F5E y 2 F5F) en cooperación con Estados Unidos en 1987.
Los equipos habían pasado inoperativos por alrededor de seis años, sin embargo, gracias al trabajo del Gobierno de Honduras, a través de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y las Fuerzas Armadas (FF. AA.), estas aeronaves de combate siguen brindando reguardo y protección permanente al país centroamericano y la región contra el crimen organizado transnacional, el narcotráfico y las amenazas emergentes.