Hoy Jeremy Meeks es un modelo consolidado, un actual influencer de la moda con más de un millón de seguidores en su cuenta de Instagram.
Elegido por los diseñadores para ser la figura del Fashion Week de Milán, sin embargo, un año atrás su vida era muy diferente.
En 2014 fue condenado a 18 meses de reclusión por un intento de robo y portación de armas. Días más tarde, su foto policial fue publicada en la página oficial de Facebook de la policía de Stockton, California.
Lo que a su vez revolucionó las redes por su belleza única. Ojos rasgados turquesa, cuerpo tonificado y sus sensuales tatuajes.
Trampolín a la fama
Su paso por la prisión fue un trampolín a la fama. Su imagen se volvió viral y fue catalogado como el más preso más sexy del mundo.
Pronto la reconocida agencia de modelos White Cross Management lo contactó para ofrecerle trabajo tras su salida.
Tras cumplir su condena en California, el joven de 33 años llegaron las propuestas laborales. Con un futuro prometedor, de la mano del diseñador alemán Philipp Plein. El preferido de Wanda Nara y Mauro Icardi, quien lo convocó para la pasarela de la semana de la moda en Milán. Logrando cautivar al público por su estilo indomable.
Comparte fotos junto a celebridades como la cantante Nicky Minaj o como Carine Roitfeld, la exeditora de Vogue Francia.
A partir de su paso por la prisión, su vida dio un giro de 360 grados, es tapa de revistas, viaja por destinos lujos y acude a fiestas del jet set internacional.