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Con todos los honores fue sepultado esta mañana el entrenador hondureño de fútbol José de La Paz Herrera conocido con cariño como “Chelato” en el cementerio Santa Cruz Memorial en la salida a San Pedro Sula, en el extremo norte de la periferia del Distrito Central.
Alrededor de las 6:00 de la mañana el féretro cubierto con la bandera nacional de Honduras con los restos mortales del “profe” como le decían sus pupilos, salió de la funeraria Espíritu Santo hacia la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa en el extremo oriente de la capital de Honduras.
En el trayecto hacia la misa de cuerpo presente se escuchó el tradicional himno de la Selección Nacional :“Adelante Slección, adelante Selección Pongan garra y corazón, entusiasmo y decisión Luchen, luchen sin cesar, con arrojo y con valor Que al final de la jornada, la victoria nos habrá de sonreír”.
Muchos recordaron la motivación que José de La Paz Herrera inculcó a sus dirigidos en esa fecha inolvidable con buen suceso cuando la bicolor debutó en el mundial de España 82.
La misa en la Basílica Menor de Suyapa fue oficiada por el Vicario General de la Arquidiócesis de Tegucigalpa Carlomagno Núñez.
Cerca de las 8:00 de la mañana, el cortejo fúnebre salió hacia el cementerio, entre emotivos episodios cuando capitalinos salían a los bulevares ondeando banderas en honor al legendario entrenador.
En el campo santo no faltaron palabras de agradecimiento de leyendas del futbol hondureño como Gilberto Jerónimo Yearwood, quien recordó ese momento en que fue llamado a integrar la lista de guerreros que participaron por primera vez en un mundial.
La familia doliente, con hermanos e hijos, también agradecieron a la población hondureña por el gesto de solidaridad que siempre le manifestó hasta el final al “profe”.
A las 9:50 de la mañana el féretro fue sepultado entre flores de diversos colores. Con sonoros aplausos despidieron a quien calificaron como el mejor director técnico que ha tenido Honduras.
José de la Paz Herrera nació en el municipio de Soledad, del departamento El Paraíso en la zona oriente de Honduras, un 21 de noviembre de 1940, en el seno de una familia humilde. Desde muy joven se vio atraído por el fútbol.
Poco a poco se abrió paso entre luchas y adversidades hasta coronarse con éxito con la clasificación al mundial de fútbol y su exitosa presentación en 1982. Después, se dedicó a dirigir clubes de la Liga Nacional de Honduras y a nivel internacional.
Conquistó cinco títulos nacionales y seis subcampeonatos con diferentes clubes. Muchos coinciden que en su lápida diga: “En memoraria a Chelato, transformador del fútbol hondureño”.
