“¿En qué se convertirá tu idea?”, rezaba el panel de anfiteatro de Mountain View durante la conferencia de desarrolladores Google I/O 2017, que acaba de empezar en sede de California. Sundar Pichai, el CEO de Google, rodeado de 7.000 desarrolladores, desplegó las herramientas del buscador para pasar de una idea a un producto.
Para Google el software es lo que hace posible que los humanos hagamos más con nuestros aparatos. No lo muestran como algo elevado, sino como una invitación a que más y más personas se sumen a un mundo que presentan como una explosión de creatividad.
Android ya está en 2.000 millones de aparatos. “Pero ya no somos mobile first, sino ‘primero inteligencia artificial”, dijo. Como ejemplo, Gmail acaba de añadir respuestas automáticas. “Podrá aplazar una cita en la agenda o dar las gracias. Aprende y ahorra tiempo”, remarcó el líder. Android es la joya de la corona de Google, tanto que tendrá su propio lenguaje de programación, Kotlin.
Hace dos semanas, anunciaron reconocimiento de varias voces en su asistente Google Home. Esto es gracias a la inteligencia artificial.
Google Photos ya supera los 500 millones de usuarios en dos años en el mercado. Según el directivo, con Google Lens, el primer anuncio del día, el reconocimiento se podrá usar en otras aplicaciones. David Lee, responsable de Photos comunicó tres novedades: personas con las que sugieren compartir imágenes, basándose en reconocimiento de contenido, galerías compartidas y… Photo Books para imprimir las fotos en papel. No es broma, Google quiere facilitar la impresión de recuerdos. Se estrena en Estados Unidos la semana que viene, a partir de 9,99 dólares.
La apuesta por la inteligencia artificial es tan fuerte que están creando sus propios servidores, edificios completos dedicados a optimizar la experiencia de tener predicciones más naturales y reconocimiento de la realidad sin demoras. Pichai, habitualmente modesto, no se frenó: “Estamos contratando a los mejores doctorados en este campo”.
La salud es una de las obsesiones de Silicon Valley. Google considera que la inteligencia artificial puede ayudar a encontrar mejores patrones para detectar cáncer, como mostró en pantalla. “Estamos dando los primeros pasos, pero el estudio de las redes neuronales puede mejorar los diagnósticos y descartar falsos positivos”, dijo como despedida antes de dar el testigo.
Scott Huffman, director de ingeniería de Google, fue el encargado de mostrar cómo el traductor ya no solo entiende la voz, sino también textos en imágenes. Si cabe la comparación, la semana pasada Microsoft hizo algo similar durante Build pero integrándolo en Office y Skype. Google lo integra en Lens, su cámara, para que sea más directo. En verano francés, alemán, portugués de Brasil y japonés. A final de año, en español, italiano y coreano.
Ambición
La ambición de Google va más allá de los 2.000 millones de usuarios de Android. Google llega al iPhone con su asistente para echar un pulso directo a Siri. Los de Apple fueron pioneros, pero el avance no ha sido el esperado.
En el I/O de 2016 enseñaron Home, su altavoz inteligente. Todavía no ha llegado a ningún país de habla hispana, tampoco a Brasil, pero en Google insisten en que es el futuro del bienestar en el hogar. Por ahora hay que conformarse con llamadas por teléfono, tanto a móviles como a fijos, gratis en Estados Unidos y Canadá. Basta con decir “Hey Google, llama a mamá”.
La música es parte central del ocio, Spotify es uno de sus aliados, pero no el único. HBO y Netflix también estarán en los aparatos del buscador que se conecten a la televisión.
Susan Wojcicki, máxima responsable de YouTube, salió al escenario para potenciar su gran plataforma. “A diferencia de los medios, no somos unidireccionales. Nosotros promovemos la comunidad, la comunicación”, presumió. Aunque YouTube llega a multitud de pantallas, el vídeo se consumen, sobre todo, en el móvil. El siguiente tren que Google no quiere perder es el del vídeo inmersivo. El contenido grabado en 360 grados llegará aunque no se utilicen gafas, solo con mover el móvil se podrá ver qué sucede alrededor de la escena central. Como ya hace Facebook, permitirán emisión en directo en 360 grados.
La conexión entre creadores y la audiencia se va a potenciar con Super Chat, una opción que proveerá de ingresos a los dueños del canal, para conversar con las estrellas nacidas dentro de esta ingente y caótica filmoteca y sugerirles misiones.
En el césped que rodea al escenario estaban The SlowMo Guys, expertos en difundir imágenes en cámara lenta, con populares escenas de objetos que se derriten. A cambio de 500 dólares dejaron que los desarrolladores los acribillasen, en vivo y en directo, con 500 globos de agua. No cambiará el rumbo de la humanidad, pero fue divertido.
Wojcicki puso orden, Google va a donar medio millón de dólares a cambio del experimento, para imprimir prótesis para niños. La broma, la banalidad ya se había mostrado.
Dave Burke, responsable de Android, tomó las riendas del hardware. Los aparatos son clave para su expansión. Por ejemplo, el 60% de los ordenadores de las escuelas para menos de 12 años en Estados Unidos usan Chromebooks.
Cada minuto, ocho brasileños llegan a Internet por primera vez. Por eso tenemos que hacer que los aparatos sean más accesibles, que no gasten tantos datos y que sean baratos. Google sabe que la conquista del mundo en desarrollo es su granero de futuro. Por eso han creado Android Go, para ofrecer la mejor experiencia por menos de 200 dólares. O YouTube Go, para que se consuma vídeo en lugares con conexión limitada.
Google mantiene su batalla por ganar presencia en el mundo de la realidad virtual. Prometieron nuevos aparatos antes de final de año. Igual que Microsoft con Hololens, quizá la versión más avanzada, y Facebook con sus filtros y espacios virtuales, Google quiere aterrizar en la realidad mixta. Insistieron en que Pokémon Go, la aplicación de la que son accionistas, es su avanzadilla.
Google for Jobs: su herramienta para que empresas como Fedex o Johnson&Johnson contraten a los candidatos más adecuados. Lo especial de este servicio es que han colaborado con Linkedin, propiedad de Microsoft, y con Facebook. Los enemigos ya no son lo que eran en Silicon Valley. La colaboración entre empresas ofrece beneficios para competir cada uno en su estilo.
Fuente: EL País.