Cientos de policías lanzan bombas de gas lacrimógeno contra miles de docentes, médicos y estudiantes que protestaban en las calles de la capital de Honduras.
El ministro de Educación, Arnaldo Bueso, reiteró el llamado a los dirigentes magisteriales para integrar un diálogo, mientras la Policía utilizaban el gas lacrimógeno para reprimir a los docentes y médicos en protesta.
Decenas empresarios capitalinos tienen que cerrar sus negocios por temor a los saqueos y a la destrucción de sus locales por los protestantes como ocurrió días atrás.
Mientras los adultos mayores y niños son los más afectados al respirar el gas lacrimógeno lanzado por los cuerpos de seguridad del Estado.
Bueso dijo: “seguimos y seguiremos llamando al diálogo, agradecemos el apoyo de la mayoría de docentes en todo el país que permanecen en las aulas”.
Sin embargo, los docentes exigen la derogación de la Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema Nacional de Salud y Educación, antes de sentarse con el ministro.
Las manifestaciones de los educadores han paralizado las labores en las escuelas y colegios públicos de las principales ciudades del país.
También se han registrado protestas y tomas de carreteras en varios departamentos del país por parte de los médicos y docentes.
Por su lado, el ministro de la Presidencia, Ebal Díaz, dijo que el gobierno está abierto al diálogo, al margen que tengan que ceder. “En el diálogo no todos ganamos el 100 por ciento de lo que buscamos, pero nos ponemos de acuerdo. Así se ha construido Honduras”, señaló.
El dirigente magisterial Jaime Rodríguez dijo a periodistas que las protestas, iniciadas la semana pasada sin incidentes, continuarán los próximos días contra “la privatización de la educación y la salud”.
Las manifestaciones, convocadas por el Colegio Médico Hondureños (CMH), que tiene 10.000 afiliados, y seis sindicatos magisteriales con 60.000 miembros comenzaron el pasado 26 de abril en demanda de la derogación de dos decretos de “reestructuración” de la educación y la salud.
A juicio de los gremios, a los que se sumaron estudiantes, el gobierno pretende la privatización de ambos sectores y proceder a despidos masivos de profesionales.