TEGUCIGALPA. Sabemos cuán hermoso es disfrutar de una taza de café, el balance perfecto de sabores, el aroma dulce, la riqueza de su cuerpo. Y mientras éste tal vez sea lo primero en lo que se piensa cuando se trata de tu bebida de la mañana (o de la tarde), para algunos caficultores el negocio de café es su vida.
Para el hondureño, Gerber Vásquez dueño de la Finca de café Santa Emilia, ubicada en Planes Santa de Maria, departamento de La Paz, dice que la unión familiar, ha sido el principal sustento de sus emprendimientos en el rubro.
“Esto viene de mi bisabuelo, luego a mi papa, pues ellos eran productores y ya en el 2008 ya la empresa viene a caer en mis manos”, confiesa este visionario exportador catracho.
Vásquez cuenta que no todo ha sido fácil para lograr su sueño emprendedor por lo que reveló “cuando trabajaba con mi papa yo miraba muchas dificultades a la hora de vender el café en el mercado nacional, sin embargo me propuse a exportar café”
“Tengo alrededor de diez años buscando el sueño y seguimos luchando para exportar todo el café que comercializamos, por lo que no es imposible”, dijo.
Asimismo comentó “tuve la oportunidad que Banco Atlántida me abrió la puertas y fue como el hule de la resortera que me expulso, pues gracias a ellos tengo la gracia de contar con todo lo que ahora es este beneficio de café”.
Aroma de éxito
Relacionado a las exportaciones dijo “nosotros hemos estado viajando más que todo a Estados Unidos para reunirnos con compradores internacionales y ver la manera de entrar a ese mundo de exportación a escala más grande”.
En tal sentido, indicó que manejan a un 80% el café de comercialización en el mercado nacional y el 20% de exportación.
Sobre su perseverancia y esfuerzo dijo estar muy orgulloso “nunca creí llegar hasta donde estoy, pues por ello me siento bien tranquilo porque le puedo dar estabilidad a mi familia”
Vásquez aconseja a los hondureños que tienen que luchar en esta vida, buscar y creer, ya que el que no cree mejor que no lo intente.