…Esconde la piedra…

Por: Jonathan Roussel

Libre no quiere ganar las elecciones. Aunque el Pinu desespere o los iroscos crean que solo les falta el auto blindado.

Mel sabe que esa victoria sería tan frágil que no podría soportar el peso de nada. Qué pasaría si el infantil Nasralla  llegara a la circunstancia de hacer gobierno y tener que hacer ajustes de poder con poderosos? Huérfano de experiencia. Y sin base.

Mel está cumpliendo su compromiso electoral con las reservas necesarias para salvarse de una catástrofe electoral en caso de tener que asumir.

A simple vista los del Frente de Resistencia no van en urnas prestadas. Los del Poder Ciudadano tampoco. Los ideólogos y los veteranos de las calles menos. Si perdieran o ganaran,  fácilmente organizan su propia bancada, se apartan y se acabó. Notemos que tampoco aceptaron nuevos militantes en sus urnas. Están limpios para lo que venga. Carlos Montoya no es un extraño. Y a la designada que Mel les prestó, fácilmente se le resuelve el problemita para regresar.

En Libre el tema no es desconocido, lo discute su círculo más íntimo. Les parece una salida genial.

Libre no quiere jugársela en una elección que no ganará. Su único logro sería integrar una bancada  que aumentaría su fama de revoltoso. Esta sería la segunda era de los pitos. Y pérdida total de formalidad.

Entonces busca algo más serio en el sistema electoral, que le dé vigencia duradera sin tener que volver a la plaza pública.

Busca permanencia con magistrados y delegados en el Tribunal Supremo Electoral. Y además, miembros en los últimos organismos que se crean.
También integración al Registro Nacional de las Personas con igual autoridad que los demás. Podemos decir que en lugar de ser víctima de maniobras al estilo de las resoluciones del TSE sería victimario y eso es más divertido.

Conseguido todo eso, nada les importaría finalizar con la Alianza. Tendrían un partido firme.

No podemos descartar que en este camino pudieran tropezar con procedimientos  judiciales y esta vigencia sería muy útil para defender la institución.
Comparemos esta suposición con lo que tiene ahora. Nadie dirá que le falta razón.

Y la última razón está muy distante por ahora, de cualquier posibilidad. El mundo cercano de la izquierda está muy debilitado. No puede ayudar a candidatos  y menos a gobiernos.

Conclusiones cercanas o distantes nos llevan a concluir: todo es posible. Más o menos.