Impulsados por el hambre, la violencia y la falta de oportunidades, el éxodo de hondureños que abandonan el país durante 2021 continúa, pese a las restricciones del COVID-19, según estimaciones al menos 100 mil hondureños han emprendido el peligroso camino hacia Estados Unidos, en su intento de encontrar una mejor vida, así lo sostiene Rolando Sierra, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Honduras. Además se observa con preocupación cómo el fenómeno, en vez de contraerse, muestra signos de agudizarse en los próximos meses.
“Se mantiene la tendencia de diversos estudios de opinión, en donde arrojan que más de un 40% de los hondureños dicen que están dispuestos a migrar del país, especialmente los jóvenes, quienes sostienen que no ven ningún tipo de oportunidades, en primer lugar sociolaborales y en segundo lugar oportunidades educativas, asimismo que en el país no existe un entorno de seguridad ciudadana; es comprensible porque la violencia y la inseguridad son las principales razones de migración”, dijo Sierra, sobre un problema que representa un desafío enorme para los gobiernos regionales.
Por otro lado, para el académico el mensaje al aparato estatal y a los partidos políticos es claro: no se está desarrollando una campaña electoral verdaderamente de propuestas para resolver los problemas que la ciudadanía tiene, en ese sentido lo que se estará observando en el próximo proceso electoral será un alto grado de abstencionismo, en el último proceso electoral alcanzó el 45% y la inercia indica que seguirá incrementándose tal y como ha sucedido en las elecciones previas.
“Eso significa que ese 45% son los hondureños que no votan, que se abstienen en los procesos electorales, el mensaje es claro, de acuerdo a sondeos de opiniones de 2020 en el que se preguntó cuál era la esperanza que como hondureños y hondureñas tenemos, en primer lugar la ciudadanía dice que desea una sociedad donde haya empleo permanente y digno, con buen ingreso; en segundo lugar una sociedad menos violenta y más segura, y en tercer lugar una sociedad con menos corrupción e impunidad”, señaló Sierra sobre las aspiraciones que tienen los hondureños y que ven con pesar cómo en vez de concretarse, se desvanecen en un escenario caótico de inseguridad, pobreza y desigualdad social.
Para los expertos otro componente de preocupación es que los resultados del proceso electoral en puerta deriven en escenario de conflictos y que eso agrave los problemas sociopolíticos del país e impulse a más hondureños fuera de las fronteras patrias.
“No es casualidad que después del 2017 y 2018 haya iniciado un cambio en el sistema migratorio, al surgir las caravanas como forma de emigrar, antes de eso la migración era fundamentalmente por goteo, es decir de personas o pequeños grupos, en cambio en 2018 se pasa de ese sistema por goteo a una migración por conglomerado o por éxodo de grandes grupos de personas, esto es consecuencia de las crisis político-electorales que desde 2009 se vienen registrando”, argumenta el académico.
¿Quiénes están migrando?
Estados Unidos publicó recientemente la cifra más alta de detenciones de inmigrantes en la frontera mexicana, las mismas indican que cerca de 1.7 millones de personas fueron detenidas el año pasado, incluidos 145,000 niños no acompañados. De estos, más de un millón fueron expulsados a México o a sus países de origen, según datos de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. No obstante esas estadísticas no han detenido a los miles de hondureños que emprenden el camino.
“Se calcula que más de 100,000 hondureños han migrado del país, fundamentalmente población joven, hombres, mujeres y también niños, en las caravanas están migrando los sectores más pobres del país y que no podían pagar un traficante de personas, también están migrando las parejas jóvenes con uno o dos hijos”, señaló Sierra, quien además destacó que al menos unos 50,000 hondureños han sido también deportados en su intento de llegar al país norteamericano.
Otro motivo de preocupación para los expertos que si bien el flujo de dinero a través de las remesas que a día de hoy representan cerca del 24% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, es que estas no se están traduciendo en superación de la pobreza, por lo cual consideran que es vital una revisión significativa al modelo de crecimiento económico y desarrollo actual. Asimismo, la migración de la población joven está impactando directamente en la fuerza productiva de Honduras, repercutiendo en el agro y la producción de granos básicos.
“Si Honduras continúa con la tendencia del fenómeno migratorio, especialmente de gente joven, va a perder el capital humano. De acuerdo a proyecciones al 2035 al 2040, no va a existir en el país el capital humano para trabajar ”, advirtió finalmente el académico.