En el marco del Día Mundial de la Lucha Contra la Hepatitis “C” (VHC), la Secretaría de Salud aconseja prevenir la infección evitando la exposición al virus en el entorno sanitario de los grupos de población de alto riesgo.
El virus de la hepatitis C (VHC), y la mayoría de las infecciones se producen por exposición a pequeñas cantidades de esta, a través del consumo de drogas inyectables.
Así como de las prácticas de inyección o de atención sanitaria poco seguras y de la transfusión de sangre y productos sanguíneos sin analizar.
También se puede transmitir por vía sexual y de la madre infectada a su hijo, aunque estas formas de transmisión son poco frecuentes.
Este virus causa infección aguda y crónica
Este virus causa infección aguda y crónica, por lo general, la infección aguda es asintomática y en raras ocasiones (o en ninguna) se asocia a una enfermedad potencialmente mortal.
Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno.
El período de incubación de la enfermedad puede variar de dos semanas a seis meses y tras la infección inicial y un 80% de los casos no presentan síntomas.
Los pacientes con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Se estima que en el mundo hay 71 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C, en las Américas, se estima que de 7 a 9 millones.
Las hepatitis B y C son particularmente preocupantes, ya que ocasionan el 57% de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos primarios de cáncer de hígado en el mundo.