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En el marco del Día Mundial de la Biodiversidad, les contaremos la historia de la Jutía de las Islas del Cisne.
Un ser que era único en todo el planeta y que hoy forma parte de los mamíferos extintos. El país con la mayor biodiversidad de Centroamérica guarda luto por uno que se fue, cuya historia debe ser ejemplo.
La Jutía de Islas del Cisne, ( Geocapromys thoracatus ) era un pequeño roedor de movimiento lento. Que probablemente vivía en cuevas y grietas de piedra caliza de donde salía para alimentarse de la corteza de árboles, ramas pequeñas y hojas.
La Jutía de Islas del Cisne se presume es descendiente de la Jutía Jamaiquina (Geocapromys browni). Y solamente habitó en los 2.5 km² de la isla Cisne Pequeño del archipiélago de Islas del Cisne. Lugar adonde llegó hace 7,000 años, toda una isla para un animal único en el mundo.
El triste destino de la Jutía de Islas del Cisne
7,000 años de presencia en su isla fueron interrumpidas en 1955 cuando el Huracán Janet destrozó la isla. Esta catástrofe no fue suficiente para extinguirla pero el hombre hizo la parte que faltaba para lograrlo.
Luego las personas llegaron a la isla y junto a ellas sus inseparables animales domésticos. En donde el gato encontró en la jutía una presa fácil de cazar hasta eliminarlas por completo.
Hoy, la Jutía de Islas del Cisne es un enorme ejemplo que le dice al mundo cuán frágil es la vida cuando el hombre actúa sin pensar. Estamos seguros que las personas que llegaron ahí nunca pensaron que sus mascotas terminarían con una especie única en el planeta. Pero sea como sea fue el hombre, aunque de forma indirecta ocasionó la desaparición de la Jutía.
Honduras es quizá el país de Centroamérica menos estudiado y aún así la lista de biodiversidad ya reporta una enorme cantidad de especies únicas en el mundo. Es nuestro deber conocer y cuidar a cada uno de esos seres. Y la Jutía de Islas del Cisne es un recordatorio de lo que no debemos hacer.
Tomado de: Honduras is Great
