La Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) implementa constantemente medidas de control en distintos sectores y ejes carreteros del país, para prevenir accidentes viales.
Estas acciones van desde el uso del radar de velocidad hasta las pruebas de alcoholemia, todo con el fin de verificar que las personas que transitan en sus vehículos lo hagan de manera segura y no infrinjan las normas de tránsito, previniendo así tragedias que pueden terminar con la vida de los conductores y acompañantes.
En lo que va del año se han aplicado más de 40 mil pruebas de alcoholemia, de las cuales 3,200 han salido positivas, por lo que estas personas han sido sancionadas según lo establecido en la Ley de Tránsito en su Artículo 98, numeral 16.
Las pruebas de alcoholemia son aplicadas por los agentes policiales cuando requieren a un conductor, para realizar esta prueba se utiliza un alcoholímetro (también denominado etilómetro de aproximación o etilómetro digital), que es un dispositivo portátil en el que se sopla aire y que a través de un sensor de gas, calcula la tasa de alcohol en la sangre de quien realiza la prueba.
En Honduras los limites permitido de alcohol en la sangre para las personas que conducen vehículo es hasta los 0.07 miligramo, según la Ley de Penalización de Embriaguez Habitual.
Cuando las personas ingieren alcohol el contenido del mismo aumenta en la sangre, esto quiere decir que:
– Cuando la cantidad de alcohol en la sangre alcanza de 0.02 a 0.03%, uno comienza a sentir una estimulación relajante.
– Cuando ese porcentaje de alcohol alcanza del 0.05 a 0.10%, se presenta una disminución de la coordinación muscular, un tiempo de reacción más prolongado y alteración de la capacidad de discernimiento.
– Una persona con niveles de alcohol de 0.08% o superiores se considera legalmente intoxicada (ebria).
Por consiguiente, el alcohol influye en las habilidades de conducción produciendo somnolencia, aumentando el tiempo de reacción y de frenado, deteriorando la capacidad sicomotora, alterando la estimación de distancias, etcétera, por lo que puede producir un accidente vial y terminar de forma fatal.
Así también, la conducción en estado de ebriedad reduce la percepción y reacción además de que da una falsa seguridad y euforia, por lo que el conductor se vuelve temerario y violento en la conducción, lo que provoca el irrespeto a las señales de tránsito y la velocidad.
Por lo anterior, las autoridades de la DNVT siguen implementando estas pruebas de alcoholemia en los distintos operativos que se realizan a nivel nacional, para prevenir y disminuir los accidentes en los cuales el 11% son ocasionados por personas que conducen bajo estado de ebriedad.