“Berta en realidad era mi amiga, teníamos una amistad”, aseguró hoy Roberto David Castillo Mejía, acusado por la muerte de la líder popular, Berta Cáceres, al final del juicio oral y público en el que le fue concedida una oportunidad legal para manifestarse ante la audiencia.
Castillo Mejía, no obstante, se quejó de las presiones nacionales e internacionales que dijo buscan sentenciarlo a costa de lo que sea.
Asimismo, afirmó que aunque a la familia de la fallecida y a los acusadores les cueste aceptarlo, ella era su amiga.
Viendo a los acusadores, Castillo añadió que tal como ocurrió entre él y Berta, “dos personas con puntos de vista distintos, pueden establecer una amistad”.
“Aunque a ustedes, los acusadores y familiares les cueste aceptar ese hecho, éramos amigos”, insistió el ex presidente de Desarrollos Energéticos (DESA).
Refiriéndose a su madre, que estaba en la sala del juicio, expresó que “ella me educó de esa forma, aceptando a las personas como son”.
Egresado de la prestigiosa academia estadounidense West Point, Castillo relató que incluso tuvo compañeros de cuarto de religiones distintas y nunca los irrespetó.
Castillo: “No tuve ninguna participación”
Pero Castillo, además de hablar de su amistad con Berta Cáceres, se distanció de la vinculación con el crimen que le hace el Ministerio Público.
“Quiero manifestarles, especialmente a los familiares de Berta Cáceres, que no tuve ninguna participación ni directa ni indirecta en el asesinato de Berta Cáceres”, sostuvo.
“No tuve ninguna participación ofreciendo recompensas, ni facilitando vehículos, ni armas. Se los quiero manifestar para que lo sepan y tengan presente”, añadió.
Castillo aseguró que tampoco tuvo conocimiento anticipado de un plan para asesinar a Berta y afirmó que de haberlo sabido lo hubiera hecho saber para evitarlo.
En ese sentido, dijo que no hay forma de relacionarlo a la muerte “a menos que la evidencia la fabriquen o la manipulen”.
Hay una desproporción, afirma Castillo
En otro tema, Castillo se quejó de lo que llama una “desproporción” entre quienes lo acusan y su defensa.
“Yo no ostento poder, ni político ni económico, sin embargo, ustedes sí, con su maquinaria de comunicaciones”, dijo a los fiscales y a las ONGs que apoyan la causa Berta Cáceres.
En ese orden, resaltó que las ONGs aportan apoyo económico y solidaridad y eso se convierte en un poder que aseguró él no cuestiona.
“Ese poder real que conforman las organizaciones es un poder real que me ha acusado”, expresó.
Castillo dijo que la línea de investigación en la que se enfrascó el Ministerio Público no conducirá a la verdad. “Si continúan aquí y no ven lo que nosotros hemos encontrado estudiando el casi, no van a llegar a la verdad que se merece la familia de Berta”, expuso.
Un propósito en su vida
Asimismo, agradeció a Dios por su bienestar y “por el relativo buen estado de ánimo” que dijo tener “a pesar del sufrimiento” por su detención.
También agradeció a la Asociación de Energía Renovable por el apoyo económico que le dio para defenderse y hacerle frente a la desproporción acusatoria.
Dijo estar consciente de que Dios tiene un propósito con su vida. “Aunque no lo entiendo, tampoco lo cuestiono”, pronunció.
También habló de la pérdida de la vida de su padre, que según dijo ocurrió como consecuencia de la privación de su libertad. Además, habló de la separación de sus hijas, a quienes tiene más de tres años de no ver, producto de lo que llamó una detención injusta.
Al final, Castillo comentó que espera del Poder Judicial y del tribunal que lo juzgará, imparcialidad, objetividad y sana crítica de las pruebas.
El tribunal que conoció el caso ha informado que el fallo sobre el caso podría notificarse a las partes cualquier día de esta semana.