La nueva política hacia Cuba anunciada por el presidente Donald Trump en Miami “marca un retroceso en las relaciones bilaterales”, dijo el lunes el canciller cubano Bruno Rodríguez en una conferencia de prensa en Viena.
“Cuba no hará ninguna concesión en términos de su seguridad, de su soberanía y su independencia. No negociará sus principios ni aceptará ninguna precondición, como nunca lo ha hecho en toda su historia”, dijo el ministro en una desafiante intervención.
El canciller protestó oficialmente por la invitación a la ceremonia de la firma del memorando en el teatro Manuel Artime el viernes, a ciudadanos de origen cubano a los que su gobierno considera terroristas.
“Fue un grotesco espectáculo salido de la Guerra Fría ante un reducido auditorio compuesto por viejos esbirros y ladrones de la dictadura de Batista, mercenarios de la brigada de Playa Girón, terroristas, politiqueros y vividores”, dijo. “Protesto ante el gobierno de los Estados Unidos por este escarnio y lo emplazo a confirmar o a desmentir si estos terroristas que he mencionado estuvieron al lado o no del Presidente Trump…Es una ofensa que nuestro pueblo no podrá olvidar.”
El gobierno de EEUU ha pedido reiteradamente la devolución de Joanne Chesimard, acusada de matar a un policía en New Jersey y que vive en Cuba desde hace décadas.
“Puedo reafirmar que en uso de la ley nacional y del derecho internacional y de la tradición latinoamericana, Cuba ha concedido asilo político o refugio a luchadores por los derechos civiles de los Estados Unidos, Por supuesto que estas personas no serán retornadas a los Estados Unidos”, dijo Rodríguez.
El presidente Trump anunció el viernes en Miami la “cancelación” del acuerdo entre la administración de su predecesor Barack Obama y el gobierno de Raúl Castro, aunque dejó en pie muchas de las medidas tomadas por Obama, como la autorización de los vuelos regulares y los cruceros a Cuba. Más allá de la prohibición de hacer negocios con empresas controladas por los militares y la eliminación de los viajes individuales en la categoría de “contactos pueblo a pueblo”, la nueva política mantiene las relaciones diplomáticas, las 12 categorías de viaje autorizadas e incluye excepciones para permitir el envío de remesas y la renta de habitaciones a través de la plataforma Airbnb. Los viajes de los cubanoamericanos no se verán afectados.
El canciller cubano, sin embargo, señaló que las medidas anunciadas por Trump tendrán el efecto contrario del que se proponen pues “afectarán a las familias cubanas, traerán daños económicos no sólo a las empresas estatales en Cuba sino también a las cooperativas y a los trabajadores por cuenta propia o privados”. Señaló, además, que estas “medidas impopulares…restringirán las libertades de los ciudadanos estadounidenses”.
“Estas medidas refuerzan nuestro patriotismo, nuestra dignidad, nuestra decisión de defender por todos los medios la independencia nacional”, subrayó. “Los cambios que sean necesarios en Cuba, los decidirá soberanamente el pueblo cubano, como siempre lo ha hecho. No pediremos a nadie opinión ni permiso.”
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No obstante, Rodríguez dijo que Cuba honraría todos los acuerdos bilaterales ya firmados y tiene disposición para “avanzar en todo lo que se pueda en beneficio de ambos pueblos”.
“Reitero la voluntad de Cuba de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo y de negociar los asuntos bilaterales pendientes con Estados Unidos sobre la base de la igualdad y el absoluto respeto a nuestra independencia y soberanía”, dijo.
(Fuente: El Nuevo Herald)