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El Defensor del Pueblo hondureño, Roberto Herrera Cáceres, urgió a la población, acatar las medidas sanitarias preventivas. Las dictadas por la Secretaría de Salud, para evitar una posible epidemia de fiebre amarilla en el país.
Al mismo tiempo, el ombudsman hondureño reiteró las instrucciones giradas a todo su personal, en septiembre de 2016. Estas para contribuir a garantizar el derecho a la salud de las comunidades, tal como en octubre del 2014. Y, enero del 2015 con relación a el dengue, el chikungunya y el zika.
“Se les instruye, para que sus respectivas oficinas regionales o departamentales, tengan presente que hemos lanzado una alerta temprana. Ello para adoptar medidas preventivas contra la fiebre amarilla”, reza la nota dirigida por el titular del CONADEH.
Advierte, que la “fiebre amarilla podría convertirse en otra epidemia si no se toman las medidas sanitarias necesarias”.
Como parte de las medidas preventivas giradas hasta ahora, los hondureños que viajen a países en riesgo deberán vacunarse. La vacuna contra la fiebre amarilla para evitar que contraigan esa enfermedad.
Además, el Instituto Nacional de Migración de Honduras está exigiendo el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla a viajeros. Todos los que van o vienen de diversos países del caribe, Suramérica y de África.
Según el Reglamento Sanitario Internacional, se requiere una dosis de vacuna contra la fiebre amarilla para tener inmunidad y protección. Pero la misma debe aplicarse 10 días antes del viaje, tiempo mínimo para asegurar la protección del viajero.
Una de las preocupaciones del Defensor del Pueblo, de que se pueda presentar esta epidemia. Es también debido al tránsito, por Honduras, de migrantes que vienen de países extracontinentales que sufren la epidemia. Que transitan por países americanos que ya presentan algunos casos de fiebre amarilla, antes de pasar por este país centroamericano.
Afirmó que el derecho humano a la salud de la población hondureña y de los migrantes debe ser garantizada. Asimismo con asistencia de controles sanitarios adecuados y con diagnósticos de laboratorios, en los puntos fronterizos.
Indicó que, si Honduras cuenta con una buena vacuna, es importante, en este momento, que la cantidad disponible se aumente. Especialmente para ser aplicada en las comunidades de paso en tránsito de migrantes que experimentan riesgos serios.
Algunos científicos infectólogos consultados por el CONADEH, confirmaron que la fiebre amarilla es una enfermedad viral. Se trasmite también por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que produce enfermedades del zika, el dengue y el Chikungunya.
Cáceres aclaró que se trata de una alerta temprana para prevenir esa enfermedad y no para alarmar a la población.
Aseguró que el CONADEH, como institución defensora de los derechos humanos, apoyará todas las medidas que tome el Estado. En este caso, y en cualquier otro que tenga como propósito proteger el derecho a la salud de los habitantes.
Controles sanitarios más rigurosos
Sostuvo que el objetivo es que se tomen medidas preventivas ante el riesgo que se presenten casos de fiebre amarilla. Hay una afluencia cada vez más alta de migrantes que pasan por el territorio hondureño. Se les debe respetar todos sus derechos en especial el de la salud.
Recomendó que si estas personas vienen portando enfermedades se les debe dar tratamiento apropiado y proteger también a los hondureños.
Se estima que hay una población flotante de africanos, haitianos y de América del Sur que ronda las 1200 personas. Y, que sólo por Choluteca pasan diariamente alrededor de 200 personas procedentes de diversos países.
“Necesitamos tomar mayores medidas, como Estado, para poner controles sanitarios más rigurosos, realizar análisis de laboratorio in situ. Esto para proteger tanto la salud de nuestras comunidades como la salud de las personas que están transitando por Honduras. Y, contar con vacunas suficientes” dijo el Defensor del Pueblo.
