El servicio del transporte urbano reabrió operaciones esta mañana en Tegucigalpa, capital de Honduras con unidades que circulan con el 100 por ciento de pasajeros, entre temores a una nueva ola de contagios del COVID-19 en el Distrito Central.
Unas 1,500 unidades, entre taxis y buses, fueron certificadas por el Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT) para movilizar a los capitalinos, luego de protestas y bloqueo de carreteras de motoristas para presionar a un acuerdo entre dirigentes y del gobierno.
Para los pasajeros es obligatorio el uso de mascarillas, mientras los motoristas deben portar caretas o gafas.
El doctor Victor Solórzano asignado a la periférica número 2 del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), alertó que el transporte público es uno de los principales focos de contaminación.
“Las autoridades deben exigir que se cumplan las medidas preventivas con bioseguridad correspondientes, de lo contrario habrá un aumento de contagios”, estimó.
Por su parte, la neumóloga del Instituto Nacional El Tórax, Suyapa Sosa, reveló que la mayoría de pacientes nuevos que han llegado en los últimos días a los hospitales en busca de atención por COVID-19, son pequeños empresarios y usuarios del transporte público.
La fuente del sector sanitario nacional advirtió que existe un repunte de hospitalizaciones en los recintos regionales por COVID-19.
Sosa recomendó seguir de cerca la evolución de la enfermedad para que no surja un alza de casos que se vuelva incontrolable.
Entre tanto, el cobrador de buses, Carlos Turcios, residente en la colonia La Laguna en el extremo norte de Comayagüela, señaló que llevaba seis meses sin trabajar, acumulando deudas en pulperías y con servicios públicos, por tanto, esta reapertura en el transporte le permite llevar de nuevo el sustento a casa.