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Nuevamente la alegría llegó a cinco hondureños que tras vencer al Coronavirus en la Unidad Estabilizadora Municipal para Pacientes con Covid-19, en el Gimnasio Municipal, fueron dados de alta médica, reencontrándose con sus familias que en medio de emotivos momentos volvieron a sus hogares para dar testimonio de fe y gratitud.
Maritza, Leticia y Gladis Fuentes, son tres hermanas que fueron parte de los familiares que con mucha gratitud esperaron con flores y entre lágrimas de alegría a su progenitora; Mariana Fuentes Menjivar, quien durante varios días luchó con la ayuda de todo el personal de salud de la Unidad Estabilizadora Municipal para vencer el Covid-19.
Mientras esperaban ansiosas el momento de ver a su mamá, Maritza Fuentes muy emocionada y entre lágrimas recordó que cuando le avisaron que a su madre le darían hoy el alta médica, “solamente pegué el grito al cielo, yo siempre le he dicho a ella, usted es una guerrera, yo le dije gracias Señor porque ese milagro está hecho y todos estamos en las manos de Dios”.
Como Maritza, su hermana Leticia también visiblemente emocionada, dijo estar agradecida con el personal de salud de la Unidad, “yo le digo a los doctores que gracias, a las enfermeras, porque siempre le preguntábamos cómo se portan ahí, entonces ella me decía que excelentes doctores y enfermeras”.
Tras recibir el alta médica y reencontrase con sus hijas, Mariana Fuentes Menjivar, manifestó “gloria a Dios que salí, gloria a su nombre, me atendieron muy bien, voy alegre, me trataron especialmente, no me quejo para nada, voy emocionada con los tratos que me dieron”.
También José Humberto López Roque, conductor de equipo pesado, relató que el haber enfrentado el Covid-19 fue “duro, pero con la seguridad de Cristo Jesús, él fue el que hizo la obra, después de él, los doctores también”.
Sobre el apoyo dado en la Unidad, Roque refirió que “no tengo palabras, pues nos miraron al ciento por uno, así como decimos nosotros en la iglesia, excelente, mejor trato, voy agradecido con ellos y que la sangre de Cristo cubra a todos los doctores, todos los días por que ellos también están expuestos a esta enfermedad”.
Aconsejó a los vecinos y hondureños en general, que no salgan a la calle si no es necesario, porque la enfermedad no es fácil.
Entre tanto, la enfermera Vilma Hernández dijo que en cierto momento pensó que su padecimiento era una simple gripe, pero la realidad fue diferente; “quiero decirle a la población que se cuiden, nosotros estamos muy expuestos a todo en todos los lugares, que se cubran, tengan fe en Dios que vamos a salir de esto”.
“Tuve mucho miedo de morir, porque hay momentos bien difíciles cuando los síntomas empiezan a reaccionar en el cuerpo, es bien difícil querer salir de ellos”, relató la enfermera, después de agregar que en la Unidad Estabilizadora la atención fue “muy lindo para qué, agradecidos con todos es un lugar tan especial que no le podría describir cómo, lo tratan a uno como que estuviera en su casa, muy especialmente y estoy agradecida con todos ellos y muy alegre”.
De igual forma, Eduarda Rosales y María Vicenta López Martínez, fueron dos hondureñas más que recibieron el alta médica el martes, y tras salir de la Unidad manifestaron su gratitud a los médicos y enfermeras que les apoyaron en su recuperación.
Por su parte Alexis Rivera, hijo de María Vicenta López, muy emocionado de volver a ver a su madre, indicó que “ha sido duro el proceso, porque a veces uno cree todo lo malo que le explican, pero viendo ya y dando fe de lo que ha pasado, es buena la atención y gracias a Dios mi madre está bien”.
El martes, cinco hondureños recibieron el alta médica, y siete nuevos pacientes ingresaron a la Unidad Estabilizadora Municipal.
