Según el ICF, los incendios forestales en Honduras son un problema recurrente, especialmente durante la temporada seca que abarca de febrero a mayo.
Solo en este primer trimestre de 2025, los incendios han arrasado con más de 1,500 hectáreas, con los departamentos más afectados siendo Choluteca, Francisco Morazán y Gracias a Dios. Choluteca, por ejemplo, ha reportado 16 incendios, afectando más de 600 hectáreas.
Esta grave situación subraya una realidad alarmante: los incendios forestales no solo son devastadores para el ecosistema, sino que también constituyen un riesgo para las comunidades locales y la biodiversidad del país.
La mano humana detrás de la tragedia
Lo más preocupante es que más del 90 % de estos incendios son causados por actividades humanas, principalmente la quema de terrenos para agricultura o las acciones intencionales de lo que se conoce como “criminales del bosque”. En un país ya vulnerable al cambio climático, esta destrucción continua de los recursos naturales es una amenaza existencial.
Solo en 2024, más de 3,100 incendios forestales afectaron 223,000 hectáreas. La tala ilegal y la falta de medidas efectivas contra los responsables continúan siendo un desafío grave.
Impunidad y falta de respuesta
Uno de los mayores obstáculos en la lucha contra los incendios forestales en Honduras es la impunidad. Según cifras alarmantes, el 97 % de los casos de incendios no son judicializados de manera efectiva, lo que fomenta un ciclo de destrucción constante y sin consecuencias para los responsables.
Sin una respuesta efectiva y una inversión significativa en recursos logísticos, el país se enfrenta a la pérdida irreversible de más de 60,000 hectáreas de bosques cada año.
Inversión y acción inmediata
Es imprescindible que el gobierno de Honduras redoble los esfuerzos para enfrentar este flagelo. Las autoridades deben asignar mayores recursos a la logística de combate de incendios, equipar a los bomberos con herramientas y formación de última generación, y aumentar las patrullas de vigilancia en las zonas más afectadas. Además, es fundamental implementar políticas más estrictas para sancionar a los responsables de estos incendios, con un enfoque en la prevención y el fortalecimiento de la justicia ambiental.
Con la temporada de incendios alcanzando niveles alarmantes, la sociedad civil, las organizaciones ambientales y los ciudadanos de Honduras hacen un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas inmediatas.
La crisis es clara y la acción es más que necesaria. Si no se toman medidas efectivas, los costos ambientales y sociales podrían ser irreversibles, exacerbando aún más los efectos del cambio climático y las sequías en el país.
Es momento de que el gobierno de Honduras invierta en el futuro de sus bosques y proteja la rica biodiversidad que sigue siendo el pulmón verde de Centroamérica.