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TEGUCIGALPA. El cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez se fue fuerte y parejo este día en la homilía dominical en la catedral Metropolitana de Tegucigalpa respecto a las redes sociales, el diálogo nacional y la migración de los hondureños.
El cardenal criticó en su mensaje de este domingo las redes sociales a las que llamó “redes fecales” por transmitir “basura”.
Sin embargo antes inició diciendo que la sociedad actual “ensalza las apariencias” sin importar la belleza interior del ser humano.
“Redes fecales”
“Vivimos en una cultura de la imagen donde pareciera que lo importante es lo que salga en los medios de comunicación aunque sea contrario a lo reflexionado en el Salmo 14” sobre la necedad y corrupción del hombre, expresó.
“Se preguntaba el salmista: ¿quién será grato a tus ojos Señor?… el que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en todas sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia”, citó el líder religioso.
Seguidamente lanzó diciendo que ese salmo pareciera haber sido compuesto para Honduras “donde cualquiera en un medio de comunicación o en las redes sociales, que muchas veces podrían ser llamadas redes fecales, porque solo transmiten basura” difamando y calumniando al prójimo.
El diálogo
Aprovechó el espacio también para referirse al diálogo político nacional de Honduras.
En este tema exhortó a reunirse no para imponer su manera de pensar porque el diálogo a su consideración es “tener el corazón y la mente abierta para ver a la luz de Dios los problemas” no los intereses de cada uno para conseguir poder.
“El poder es para servir y servir significa amar”, apuntó el líder de la iglesia católica en el país.
Migrantes
Ligado al tema de servir recordó el apostolado de las misioneras de San Carlos quienes dedican su tiempo en asistir a los migrantes.
“Este no es problema de unos pocos, es el gran problema de nuestro país”, recordó a los funcionarios y población en general, preguntándose ¿por qué tantas personas tienen que huir y dejar su tierra?.
Respondió al tiempo cuestionando la situación de hostigamiento del crimen organizado por medio de la extorsión latente en barrios y colonias.
