Con camiseta y bandera de su equipo del alma, El Olimpia, fue sepultado hoy el joven José Rafael Flores Hernández (34) ultimado a balazos durante el desalojo violento protagonizado por policial municipales en Río Blanco en el bulevar del Norte de San Pedro Sula en Cortés.
El féretro fue escoltado hasta el cementerio de Villanueva Cortés, en la comunidad de El Venado, por una caravana de vehículos con compañeros de trabajo, amigos y familiares en un ambiente de dolor, impotencia y demandas de justicia.
Flores Hernández fue recordado como un joven muy trabajador y servicial que además del lavado de vehículos también servía a la comunidad con fletes en una carretera halada por su caballo, típico en varias zonas de la zona norte de Honduras
La madre María Trinidad Hernández no cesaba de pedir justicia y la captura del homicida. “Pido que la muerte de mi hijo no quede en la impunidad. Mi hijo no le hacía daño a nadie”, señaló la acongojada mujer de piel trigueña.
Por su parte, la compañera de hogar Glendy de Flores, describió al extinto como una persona que tenía metas y sueños de salir adelante a base de trabajo honesto en su carwash “Mi Esperanza” . Las casetas que fueron destruidas entre Rio Blanco y el bulevar servían de sustento de muchas familias.
El Ministerio Público tomó la declaración del alcalde de San Pedro Sula, Armando Calidonio, como parte de la investigación de la muerte del joven sampedrano.
Calidonio lamentó el deceso y aseguró que la policía municipal actuó en base a la ley en el procedimiento para ejecutar el desalojo que se tornó violento.
El edil refirió que desde el 2017 le han dado seguimiento a expedientes relacionados con el caso de río Blanco, que según denuncias era usado como botadero clandestino.
“El delito se estaba cometiendo, la denuncia ya estaba desde hace mucho tiempo, debimos actuar y se hizo bajo ley, pero lamentamos que el Ministerio Público no nos haya acompañado”, concluyó Calidonio.