El polémico juego de la Ballena Azul, que se popularizó hace un año y ha cobrado la vida, hasta el momento, de 130 jóvenes en Rusia, podría tener finalmente un responsable.
Se trata de Nikita Nearonov, un hacker de 22 años, a quien la policía considera responsable de planear el juego, junto a una serie de retos en línea, que anima a los adolescentes vulnerables a suicidarse, según el portal London Evening Standard.
Nearonov está acusado de 10 cargos criminales por los que podría responder con seis años de prisión. La actividad de Nearonov comenzaba contactando a las víctimas a través de la red social más extendida de Rusia, VK, o la ‘app’ Telegram.
El informe del Evening Standard dice que Nikita Nearonov proviene de “una buena familia” y tiene una buena posición como analista financiero, por lo que el joven veía a la serie de retos como un hobby.
La policía informó, según lo agregado por el reporte, que el arrestado creía que las adolescentes que entraban a ese tipo de juegos “estaban malditas y que no merecían vivir”.
La policía dijo que Nearonov seleccionó víctimas potenciales de adolescentes vulnerables a quienes contactó en línea para enviarles mensajes “casi todo el día, desde casa o en el trabajo”, alentándolos a realizar actividades que conduzcan al suicidio, según informes que citan a las autoridades.
Sin embargo, Nearonov negó los cargos de los que se le acusa, diciendo que él no hizo nada más que tratar de ayudar a los jóvenes que entraron al juego.
Hasta el momento, las autoridades han detenido a 19 de los personajes detrás de los grupos suicidas. Sin embargo, se apunta a Nikita Nearonov como la creadora del juego de la ‘ballena azul’, por encima del resto.
El juego de la ‘ballena azul’
El año pasado, el reto de la ‘ballena azul’, un nombre aparentemente inofensivo, se convirtió en un preocupante motivo de alarma alrededor del mundo.
El juego, que se viralizaba principalmente a través de redes sociales como Facebook y Twitter, consistía en retar los adolescentes a cumplir 50 pruebas que deberían terminar con el suicidio.
Entre los retos a ser superados habían algunos simples, como dibujar una ballena en un papel y otros más mórbidos, como hacerse un agujero en la mano, tatuarse una ballena en el brazo con una lámina, entre otros.