El Salvador enfrenta una jornada caótica en materia de movilidad, justo cuando el gobierno de Nayib Bukele busca implementar una revolución en el sistema de transporte público con el anuncio de gratuidad temporal y mayor control estatal.
El mandatario salvadoreño ordenó la captura de empresarios que se niegan a prestar el servicio, pese a que el Estado les garantiza el ingreso diario completo. Para Bukele, la negativa de estos grupos constituye un acto de sabotaje al país y una afrenta directa al pueblo salvadoreño.
“Muchos empresarios del transporte público no salieron a brindar el servicio que les corresponde, a pesar de que el Gobierno está cubriendo el 100% del ingreso que normalmente perciben por día”, denunció Bukele en su cuenta oficial de X.
La medida de gratuidad, vigente hasta el 11 de mayo, fue presentada como un paso hacia un modelo de transporte más eficiente, accesible y digno. Pero la reacción de varios empresarios, que retiraron sus unidades sin explicación formal, deja en evidencia un foco de resistencia frente a los cambios que impulsa el Ejecutivo.
“Esta acción constituye un claro sabotaje al país, y como siempre, el más afectado es el pueblo”, sentenció Bukele, quien instruyó a la Policía Nacional Civil a actuar de inmediato contra los responsables.
El resultado ha sido una fuerte afectación a los ciudadanos: paradas colapsadas, rutas sin cobertura y miles de personas atrapadas en medio del caos urbano.
El transporte público: ¿derecho o negocio?
El episodio vuelve a poner en discusión el rol de los empresarios del transporte, un sector históricamente señalado por brindar un servicio deficiente, operar sin regulaciones claras y priorizar la ganancia sobre el bienestar colectivo.
Con esta ofensiva, Bukele parece dispuesto a romper con ese viejo esquema, marcando un antes y un después en la manera en que se concibe el transporte público en El Salvador. La pregunta es si el modelo resistirá la presión de los grupos tradicionales o si, como ya ha ocurrido en otras áreas, el gobierno terminará imponiendo su visión, a cualquier costo.