Un ambiente de tensión se vive en la Comunidad Indígena Lenca Tierras del Padre a unos 11 kilómetros en la salida de Tegucigalpa hacia el sur del país, con una orden de desalojo que intenta ejecutar un juez acompañado de un contingente antimotines de la Policía Nacional, entre el clamor de hombres, mujeres y niños, de que no los saquen.
Tierras del Padre es una comunidad ancestral de la etnia lenca, situada en el rumbo sur-oriental del departamento de Francisco Morazán, pertenece al Distrito Central, en un área que colinda con los municipios de San Buenaventura y Santa Ana, en el desvío que conduce a la aldea El Horno y la Montaña El Izopo.
Decenas de familias sostienen que son parte de ancestros que residen allí desde el año 1739 en esa comunidad, han estado bajo intentos de desalojo de 322 manzanas de tierra. El año pasado se había hecho un intento.
Esa tierra es reclamada en propiedad por el empresario Mario Facussé y representantes de una inmobiliaria, quienes aseguran tener toda la documentación legal, frente a la iniciativa de construir un proyecto habitacional de unas 10 mil viviendas.
Facussé argumenta que allí ya no vive ningún lenca, todo lo contrario proliferan invasores de oficio que se han aprovechado de familias humildes, extendiéndoles documentos falsos.
Por su parte, los pobladores aseguran tener también documentos desde hace muchos años. Ademas apelan al convenio No. 169 sobre los pueblos indígenas y tribales en países independientes, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobadas por la Asamblea General en septiembre de 2007, sobre defender derechos de esos pueblos y establecen principios que deben ser respetados por los estados que lo han firmado y ratificado.
Mujeres indígenas con sus niños en brazos clamaron a la presidenta Xiomara Castro, para que interceda por ellos y no les quiten su patrimonio. Mientras hombres de avanzada edad y jóvenes formaban un cordón humano con la advertencia de que primero tenían que pasar por encima de ellos.
Asimismo, en las casas sencillas familias se resistían a salir, según ellos decididos también a que les pasaran los tractores por encima.
“Usted es madre, por favor pídeles que no nos quiten nuestra propiedad” imploró, una de las habitantes que se identificó como Iris Martínez.
Decenas de policías llegaron alrededor de las 5:00 de la madrugada acompañados de un juez ejecutor y maquinaria con el objetivo de proceder al desalojo a partir de las 6:00 de la mañana, pero este se ha suspendido, por órdenes superiores .Los afectados alegaron que la orden de desalojo no debía llevarse a cabo ya que está fechada para llevarse a cabo en el año 2021, no obstante, el juez aclaró que el desalojo se había reprogramado para hoy.
Sin embargo, los policías seguían en el área, mientras personal de Derechos Humanos trataba de dialogar con las partes para llegar a un arreglo.